"El venerado y electo presidente, es el presidente del toda la nación iraní y cada uno, inclusive los que ayer fueron adversarios, deben prestarle apoyo y ayudarle", dice la declaración del ayatolá difundida por la televisión y la radio iraní.
 En su mensaje, Jamenei pidió a los seguidores de todos los candidatos abstenerse de provocaciones que han alterado el orden público en Teherán.
Horas antes, el Ministro del Interior de Irán Sadegh Mahsuli informó que Ahmadineyad obtuvo el 62,63% de los votos, y que su rival más próximo, el reformista Mir Hossein Mousavi recibió el 33,75 %  de los sufragios depositados en las urnas.
Según el ministro, los comicios de ayer tuvieron una participación récord con más de 39 millones de votos depositados en las urnas, lo que supone el 85 % del padrón.
No obstante, Mousavi, denunció fraudes e irregularidades y afirmó que muchos de sus partidarios, en su mayoría jóvenes y el electorado femenino, no pudo votar por falta de tiempo, a pesar de que ciertos colegios electorales funcionaron cuatro horas más de lo previsto.
Animados por las denuncias de su líder, partidarios de Mousavi organizaron durante el día protestas en el centro de Teherán que fueron dispersadas con contundencia por la policía y también protagonizaron guerras de puñetazos con partidarios de Ahmadineyad indignados por la exaltación demostrada por los perdedores.
Según expertos, el triunfo obtenido por Ahmadineyad, de 52 años, puede radicalizar las relaciones entre Irán y la mayoría de los gobiernos influyentes occidentales que sospechan que el programa nuclear que desarrolla Teherán esconde planes para la fabricación de armas nucleares.