James Franco y Anahí Berneri hacen historia en San Sebastián
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
San Sebastián. - Tras encandilar a la crítica, James Franco logró también conquistar al jurado del 65 Festival de San Sebastián con la comedia estadounidense "The Disaster Artist", mientras que la argentina Anahí Berneri hizo historia como la segunda mujer distinguida como mejor directora en los 65 años del certamen.
Pocas veces un palmarés fue tan aplaudido como el que ha entregado el gremio presidido por John Malkovich, que para colmo encumbra una comedia, un género menospreciado por los grandes festivales. "Nunca olvidaré San Sebastián", decía el actor nominado a un Oscar por "127 horas", que dirige, produce y protagoniza este filme sobre el rocambolesco rodaje del "'Ciudadano Kane' de las malas películas".
"Todos tenemos grandes sueños, así que espero que en estos tiempos de locura esta historia pueda aportar un poco de luz e inspiración", añadió Franco, cuyo apellido, contó después en rueda de prensa, proviene de Portugal. Y es que pese a ser en cierto modo una parodia de "The Room" y la locura de su director, Tommy Wiseau, "The Disaster Artist" es también una carta de amor al cine.
Además de Franco, quien también marcó un hito en la andadura del festival fue la directora argentina Anahí Berneri, que con el drama "Alanis" se convirtió en la segunda mujer -la primera latinoamericana- que se lleva la Concha de Plata en esta categoría.
En un principio, el mismo festival dijo que era la primera mujer en ser distinguida en esa categoría, pero en 2004 se llevó el premio la china Xu Jinglei. El galardón, que Berneri dedicó a todas las mujeres cineastas, distingue una mirada que transmite sin juzgar la lucha de una prostituta y madre por recuperar su dignidad.
En la piel de esta mujer se mete Sofía Gala Castiglione, coronada con la Concha de Plata a la Mejor Actriz. "Se lo dedico a todas las mujeres fuertes. Este premio es para nosotras", dijo al borde de las lágrimas.
Poco antes, su compatriota Diego Lerman había recogido el Premio del Jurado al Mejor Guión por "Una especie de familia", en la que aborda el espinoso tema de las adopciones ilegales contando la odisea de una mujer (Bárbara Lennie) dispuesta a casi todo por ser madre.
En una noche en la que se rompieron moldes, el jurado distinguió por primera vez a una película rodada en euskera: la fábula vasca "Handia" (Jon Garaño y Aitor Arregi), que recupera la leyenda sobre el gigante de Altzo. Además, también hubo una mención especial para la cinta más inclasificable de todo el certamen: "Ni juge, ni soumise" (Jean Libon, Yves Hinant), sobre el día a día de la jueza belga Anne Gruwez.
La potente cinematografía rumana, que llegó al certamen con dos películas a concurso, tampoco se fue de vacío. Bogdan Dumitrache se hizo con la Concha de Plata al Mejor Actor por encarnar el descenso a los infiernos de un hombre tras el secuestro de su hija en "Pororoca". Y para Alemania, que inauguró el certamen de la mano de Wim Wenders con "Inmersión", fue el Premio a la Mejor Fotografía, la del drama bélico en blanco y negro "The Captain" (Robert Schwenkte).
Durante la gala, en la que la actriz Irene Escolar ejerció de maestra de ceremonias junto a la veterana periodista vasca Edurne Ormazabal, también fueron distinguidas otras dos realizadoras: la chilena Marcela Said, ganadora del Premio Horizontes por el drama sobre la dictadura de Pinochet "Los perros", y la francesa Marine Francen, Premio Nuevos Directores por "Le Semeur", enmarcada en un pueblo privado de hombres.
La veterana Glenn Close, que hace seis años recibía aquí el Premio Donostia, se encargó de poner el broche de oro a esta edición con "La buena esposa". Y con ella se despide un festival que homenajeó las trayectorias de los actores Ricardo Darín y Mónica Bellucci, pero también de una cineasta "marginal", como ella misma se definió: la "abuela de la Nouvelle Vague" Agnès Varda.
Todos ellos dieron glamour a una alfombra roja por la que también pasaron Alicia Vikander, Penélope Cruz, Javier Bardem, Mélanie Thierry o un Arnold Schwarzenegger en su versión más ecologista. Además, lejos de atrincherarse, el 65 Festival de San Sebastián abrió las puertas a la televisión con el estreno de la serie "La peste" y la comedia de Netflix "Fe de etarras".
"Todos tenemos grandes sueños, así que espero que en estos tiempos de locura esta historia pueda aportar un poco de luz e inspiración", añadió Franco, cuyo apellido, contó después en rueda de prensa, proviene de Portugal. Y es que pese a ser en cierto modo una parodia de "The Room" y la locura de su director, Tommy Wiseau, "The Disaster Artist" es también una carta de amor al cine.
Además de Franco, quien también marcó un hito en la andadura del festival fue la directora argentina Anahí Berneri, que con el drama "Alanis" se convirtió en la segunda mujer -la primera latinoamericana- que se lleva la Concha de Plata en esta categoría.
En un principio, el mismo festival dijo que era la primera mujer en ser distinguida en esa categoría, pero en 2004 se llevó el premio la china Xu Jinglei. El galardón, que Berneri dedicó a todas las mujeres cineastas, distingue una mirada que transmite sin juzgar la lucha de una prostituta y madre por recuperar su dignidad.
En la piel de esta mujer se mete Sofía Gala Castiglione, coronada con la Concha de Plata a la Mejor Actriz. "Se lo dedico a todas las mujeres fuertes. Este premio es para nosotras", dijo al borde de las lágrimas.
Poco antes, su compatriota Diego Lerman había recogido el Premio del Jurado al Mejor Guión por "Una especie de familia", en la que aborda el espinoso tema de las adopciones ilegales contando la odisea de una mujer (Bárbara Lennie) dispuesta a casi todo por ser madre.
En una noche en la que se rompieron moldes, el jurado distinguió por primera vez a una película rodada en euskera: la fábula vasca "Handia" (Jon Garaño y Aitor Arregi), que recupera la leyenda sobre el gigante de Altzo. Además, también hubo una mención especial para la cinta más inclasificable de todo el certamen: "Ni juge, ni soumise" (Jean Libon, Yves Hinant), sobre el día a día de la jueza belga Anne Gruwez.
La potente cinematografía rumana, que llegó al certamen con dos películas a concurso, tampoco se fue de vacío. Bogdan Dumitrache se hizo con la Concha de Plata al Mejor Actor por encarnar el descenso a los infiernos de un hombre tras el secuestro de su hija en "Pororoca". Y para Alemania, que inauguró el certamen de la mano de Wim Wenders con "Inmersión", fue el Premio a la Mejor Fotografía, la del drama bélico en blanco y negro "The Captain" (Robert Schwenkte).
Durante la gala, en la que la actriz Irene Escolar ejerció de maestra de ceremonias junto a la veterana periodista vasca Edurne Ormazabal, también fueron distinguidas otras dos realizadoras: la chilena Marcela Said, ganadora del Premio Horizontes por el drama sobre la dictadura de Pinochet "Los perros", y la francesa Marine Francen, Premio Nuevos Directores por "Le Semeur", enmarcada en un pueblo privado de hombres.
La veterana Glenn Close, que hace seis años recibía aquí el Premio Donostia, se encargó de poner el broche de oro a esta edición con "La buena esposa". Y con ella se despide un festival que homenajeó las trayectorias de los actores Ricardo Darín y Mónica Bellucci, pero también de una cineasta "marginal", como ella misma se definió: la "abuela de la Nouvelle Vague" Agnès Varda.
Todos ellos dieron glamour a una alfombra roja por la que también pasaron Alicia Vikander, Penélope Cruz, Javier Bardem, Mélanie Thierry o un Arnold Schwarzenegger en su versión más ecologista. Además, lejos de atrincherarse, el 65 Festival de San Sebastián abrió las puertas a la televisión con el estreno de la serie "La peste" y la comedia de Netflix "Fe de etarras".