Japón: Hatoyama renuncia a desplazar una base norteamericana de Okinawa
AFP, Agence France-Presse
El primer ministro japonés Yukio Hatoyama anunció el martes que renunciaba a desplazar una controvertida base norteamericana instalada en la isla de Okinawa (sur), rompiendo de esa manera con una de sus principales promesas electorales.
Yukio Hatoyama
Durante la campaña electoral, Hatoyama prometió que trasladaría fuera de la isla de Okinawa la base aérea de Futenma, situada en pleno centro de la ciudad, o bien incluso fuera de Japón, a fin de aliviar a la población local, harta del ruido y del aumento de la criminalidad.
Esta es la primera vez que el primer ministro admite públicamente que no podrá cumplir su promesa.
Hatoyama se encuentra ya en mala postura en las encuestas de opinión y esta declaración no facilitará la tarea del Partido Demócrata de Japón (PDJ) a dos meses para las elecciones senatoriales.
A su llegada a Naha, capital de Okinawa, Hatoyama fue recibido por manifestantes que reclamaban el traslado de la base norteamericana.
Después se reunió con el gobernador de la isla, Hirokazu Nakaima, que le dio cuenta del creciente descontento de la población local.
El 25 de abril, unas 90.000 personas se manifestaron para reclamar el retiro de la base norteamericana.
"Nos dimos cuenta que sería difícil retirar todas las operaciones fuera de la prefectura de Okinawa", dijo el primer ministro al gobernador.
"Debemos pedir la comprensión de los habitantes para que soporten una parte de la carga", agregó Hatoyama.
La cuestión del traslado de Futenma ha provocado tensiones en las relaciones con Estados Unidos, principal aliado de Japón.
Después de más de diez años de negociaciones, el anterior gobierno conservador japonés y Estados Unidos llegaron en 2006 a un acuerdo para el traslado de la base a un sitio menos poblado de Okinawa, en la bahía de Henoko, pese a la oposición de los residentes de esta zona.
Durante la campaña electoral por las legislativas, el PDJ se comprometió, en caso de victoria, a modificar ese acuerdo y a encontrar un nuevo lugar para la base fuera de la isla de Okinawa, en la que se encuentran más de la mitad de los 48.000 soldados norteamericanos desplegados en Japón.
La llegada al poder de la coalición de centro-izquierda, formada por los socialistas y un pequeño partido nacionalista, suscitó una ola de esperanza en Okinawa y una cierta irritación en Washington, en particular entre los militares norteamericanos, convencidos de que el plan de 2006 era el único viable.
Tras varios meses de titubeos, Hatoyama reconoció finalmente que no podrá cumplir su promesa.