Jean Paul Gaultier, encarnación de la creatividad y pasión por el trabajo

AFP (Agencia France-Presse)

PARÍS, Gersende Rambourg, (AFP) - El otrora chico malo de la moda Jean Paul Gaultier, de 58 años, cuya empresa pasó bajo control del grupo español Puig, ha llegado a la cima del éxito gracias a una energía creativa descomunal, una gran capacidad de trabajo y un amor infinito por su profesión.

Jean Paul Gaultier
Jean Paul Gaultier
El modisto, originario de una familia humilde de las afueras de París, cumplió el sueño que tenía de niño, cuando hacía prendas para su osito de peluche: desde hace casi diez años su firma pertenece al muy selecto club de la alta costura.
"Mi pasión y mi vida es mi profesión. Lo que me gusta, es el ejercicio de vestir (...) Es artesanía y es sublime. No tengo el complejo de artista", confesó a la AFP.
Desde sus primeras colecciones, Gaultier domina el arte de mezclar géneros, sexos, épocas, el saber popular y la distinción de los barrios acomodados.
Sus colecciones parecen un tebeo: raperas chics, geishas desvergonzadas, cortesanas encorsetadas y chicos con falda y tacones altos. Vistió a la actriz española Victoria Abril para "Kika" de Pedro Almodóvar. Y diseña los trajes de Madonna, entre los que destaca el famoso corsé color salmón que encontró un buen día en el armario de su abuela. Con sus senos obús, este modelo quedó grabado en todas las memorias.
Su jersey marinero a rayas y sus blusones son un recuerdo de su abuela que lo vestía de azul, "una forma de ser clásico y al mismo tiempo diferente, una ropa que también recuerda el trabajo". Así lo resume él.
Este hijo de un contable que creció en Arcueil, cerca de París, hizo sus pinitos en la costura cuando aún era un niño, de mano de esta abuela que le deja hojear las revistas y ver reportajes por televisión.
Pasó por la empresa de Pierre Cardin, que lo contrató con 18 años, y de Jean Patou, antes de lanzar la suya propia, pero su primer desfile fue blanco de las críticas.
Pierre Cardin recordó aquellos tiempos cuando le entregó la Legión de Honor en 2001: "Desde su primera colección en 1976, ha cuestionado usted los criterios del gusto y del mal gusto. Ha chocado, molestado y exasperado divirtiéndose borrando el rastro con un guardarropa ambivalente e intercambiable".
Gaultier creó así vestidos para hombres en 1984. En su opinión, "un hombre no lleva su masculinidad en la ropa, su virilidad está en la cabeza".
En 2003, su llegada a Hermès, hasta entonces templo oficial del lujo clásico y discreto, zarandea al mundo de la moda, pero sin rozar la paradoja. El modisto consiguió, durante estos ocho años de colaboración, rejuvenecer la prestigiosa marca, aportándole fantasía y frescura sin salirse de sus códigos.
Hermès se hizo con el 35% del capital de la casa de moda Gaultier en 1999, una participación que elevó luego a 45% y cedió ahora al grupo español Puig. Jean Paul Gaultier conserva la dirección artística de la marca.


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