Jefe de diplomacia de EEUU faltará a su primera cita con la OTAN
AFP (Agencia France-Presse)
Washington, Estados Unidos. - El secretario de Estado, Rex Tillerson, faltará a su primera reunión de la OTAN en abril, lo que avivó este martes las dudas de los aliados de Estados Unidos sobre su compromiso con la alianza, aunque el mandatario Donald Trump se entrevistará próximamente con el jefe de la organización transatlántica.
El Departamento de Estado enviará en lugar de Tillerson a su número tres, el subsecretario de Estado y director de política Thomas Shannon, un veterano diplomático, a la reunión de ministros de Exteriores de países de la OTAN el 5 y 6 de abril a Bruselas.
Esta decisión sin precedentes amenaza con preocupar aun más a una alianza atlántica ya inquieta por las críticas de Trump, que la había calificado de "obsoleta".
La ausencia de Tillerson podría explicarse por la posible visita del presidente chino, Xi Jinping, a la residencia privada del mandatario estadounidense en Florida a comienzos de abril.
La diplomacia estadounidense se limitó a explicar que, de todos modos, Tillerson se verá esta semana con la mayoría de sus homólogos de la OTAN en la reunión en Washington de los 68 países de la coalición que combate al Estado Islámico (EI).
"Ya se entrevistó con funcionarios ucranianos. Tras estas consultas y reuniones, irá en abril a una reunión del G7 en Italia y luego participará en reuniones en Rusia", señaló una fuente del Departamento de Estado.
La diplomacia estadounidense propuso "otras fechas" para que Tillerson pudiera acudir a la reunión de la OTAN, aseguró su portavoz Mark Toner.
Su ausencia "no debe considerarse de ninguna manera como un desprecio a la alianza y a nuestro compromiso con la alianza y la seguridad de Europa", insistió, reiterando que Estados Unidos "sigue comprometido 100% con la OTAN".
De su lado, la organización transatlántica anunció que su secretario general Jens Stoltenberg se entrevistará con Trump el 12 de abril en Washington para hablar de "la importancia de una OTAN fuerte".
Ambos también tendrán la posibilidad de verse en Bruselas el 25 de mayo durante la primera cumbre de la alianza desde la victoria electoral del mandatario estadounidense.
Stoltenberg, que este martes estuvo en el Pentágono, subrayó tras su encuentro con el secretario de Defensa, Jim Mattis, que la OTAN no solo tiene en cuenta los intereses europeos, también los estadounidenses.
"Una OTAN fuerte es buena para Norteamérica, porque la estabilidad en Europa es buena para todos", afirmó.
Stoltenberg quiso por otro lado tranquilizar a la administración Trump, que desea que los países europeos contribuyan más en el mantenimiento de la OTAN, enfatizando en "la necesidad de compartir los gastos de forma justa".
Pero teniendo en cuenta el papel crucial de Estados Unidos en el seno de la alianza, la ausencia de su nuevo secretario de Estado supone un golpe para la cita de ministros, y no dejará de preocupar a algunos miembros, sobre todo a los países del este de Europa, inquietos por Rusia.
La alianza atlántica decidió estos últimos años fortalecer como nunca antes desde el fin de la Guerra Fría la presencia militar en su flanco oriental, debido a una actitud considerada amenazante de Moscú desde que se anexó la península ucraniana de Crimea en 2014.
Esta ausencia "alimenta las crecientes dudas de los aliados sobre el compromiso de Estados Unidos", escribió Ivo Daalder, exembajador estadounidense ante la OTAN. Actualmente presidente del centro de reflexión Chicago Council, escribió en Twitter que la reunión ministerial era "crucial" para preparar las cumbres de la OTAN. "Estados Unidos no puede faltar".
"Por supuesto que el secretario Tillerson debería estar en la reunión de la OTAN", afirmó otro exembajador estadounidense ante la OTAN, Nicholas Burns, profesor en Harvard. "Somos los líderes de la OTAN y deberíamos reunirnos con nuestros aliados antes que con Rusia".
Tras cerca de dos meses en el cargo, Rex Tillerson aún debe designar a altos cargos diplomáticos en su ministerio. Pero el influyente departamento de Estado parece estar fuera de juego, con su ministro mostrando un bajo perfil en público y ante la prensa.
Frente a esta discreción, otros funcionarios de alto rango de la administración Trump intentan reafirmar el compromiso de Washington con sus aliados militares en Europa. El vicepresidente Mike Pence y el jefe del Pentágono, James Mattis, viajaron a Bruselas en febrero para elogiar "la fortaleza del vínculo transatlántico".
Pero la tarea es difícil a causa de las recurrentes críticas de Trump. La semana pasada, por ejemplo, expresó en Twitter, después de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, que Alemania debía "sumas enormes" de dinero a la OTAN y Estados Unidos, reanudando así sus denuncias de que los aliados de Estados Unidos no están pagando su parte.
Esta decisión sin precedentes amenaza con preocupar aun más a una alianza atlántica ya inquieta por las críticas de Trump, que la había calificado de "obsoleta".
La ausencia de Tillerson podría explicarse por la posible visita del presidente chino, Xi Jinping, a la residencia privada del mandatario estadounidense en Florida a comienzos de abril.
La diplomacia estadounidense se limitó a explicar que, de todos modos, Tillerson se verá esta semana con la mayoría de sus homólogos de la OTAN en la reunión en Washington de los 68 países de la coalición que combate al Estado Islámico (EI).
"Ya se entrevistó con funcionarios ucranianos. Tras estas consultas y reuniones, irá en abril a una reunión del G7 en Italia y luego participará en reuniones en Rusia", señaló una fuente del Departamento de Estado.
- El 12 de abril -
La diplomacia estadounidense propuso "otras fechas" para que Tillerson pudiera acudir a la reunión de la OTAN, aseguró su portavoz Mark Toner.
Su ausencia "no debe considerarse de ninguna manera como un desprecio a la alianza y a nuestro compromiso con la alianza y la seguridad de Europa", insistió, reiterando que Estados Unidos "sigue comprometido 100% con la OTAN".
De su lado, la organización transatlántica anunció que su secretario general Jens Stoltenberg se entrevistará con Trump el 12 de abril en Washington para hablar de "la importancia de una OTAN fuerte".
Ambos también tendrán la posibilidad de verse en Bruselas el 25 de mayo durante la primera cumbre de la alianza desde la victoria electoral del mandatario estadounidense.
Stoltenberg, que este martes estuvo en el Pentágono, subrayó tras su encuentro con el secretario de Defensa, Jim Mattis, que la OTAN no solo tiene en cuenta los intereses europeos, también los estadounidenses.
"Una OTAN fuerte es buena para Norteamérica, porque la estabilidad en Europa es buena para todos", afirmó.
Stoltenberg quiso por otro lado tranquilizar a la administración Trump, que desea que los países europeos contribuyan más en el mantenimiento de la OTAN, enfatizando en "la necesidad de compartir los gastos de forma justa".
- "Dudas crecientes" -
Pero teniendo en cuenta el papel crucial de Estados Unidos en el seno de la alianza, la ausencia de su nuevo secretario de Estado supone un golpe para la cita de ministros, y no dejará de preocupar a algunos miembros, sobre todo a los países del este de Europa, inquietos por Rusia.
La alianza atlántica decidió estos últimos años fortalecer como nunca antes desde el fin de la Guerra Fría la presencia militar en su flanco oriental, debido a una actitud considerada amenazante de Moscú desde que se anexó la península ucraniana de Crimea en 2014.
Esta ausencia "alimenta las crecientes dudas de los aliados sobre el compromiso de Estados Unidos", escribió Ivo Daalder, exembajador estadounidense ante la OTAN. Actualmente presidente del centro de reflexión Chicago Council, escribió en Twitter que la reunión ministerial era "crucial" para preparar las cumbres de la OTAN. "Estados Unidos no puede faltar".
"Por supuesto que el secretario Tillerson debería estar en la reunión de la OTAN", afirmó otro exembajador estadounidense ante la OTAN, Nicholas Burns, profesor en Harvard. "Somos los líderes de la OTAN y deberíamos reunirnos con nuestros aliados antes que con Rusia".
Tras cerca de dos meses en el cargo, Rex Tillerson aún debe designar a altos cargos diplomáticos en su ministerio. Pero el influyente departamento de Estado parece estar fuera de juego, con su ministro mostrando un bajo perfil en público y ante la prensa.
Frente a esta discreción, otros funcionarios de alto rango de la administración Trump intentan reafirmar el compromiso de Washington con sus aliados militares en Europa. El vicepresidente Mike Pence y el jefe del Pentágono, James Mattis, viajaron a Bruselas en febrero para elogiar "la fortaleza del vínculo transatlántico".
Pero la tarea es difícil a causa de las recurrentes críticas de Trump. La semana pasada, por ejemplo, expresó en Twitter, después de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, que Alemania debía "sumas enormes" de dinero a la OTAN y Estados Unidos, reanudando así sus denuncias de que los aliados de Estados Unidos no están pagando su parte.