"Asumo toda la responsabilidad en esta cuestión, de la A a la Z, desde el momento en que hablemos de fútbol y no de política", dijo Rajoub ante la prensa en Al-Bireh, cerca de Ramala, tras haber llegado a Cisjordania el lunes por la noche.
Rajoub trató de llevar al congreso de la FIFA del pasado viernes un proyecto para que el organismo suspendiese a la Federación Israelí por la dificultad de movimientos de los futbolistas palestinos, el racismo antiárabe y la cuestión de clubes de colonias en territorios ocupados, en su mayor parte juveniles, que participan en las competiciones israelíes.
Los representantes palestinos lograron que se hablase de la cuestión en un congreso marcado por el escándalo de corrupción que sacude a la FIFA, pero retiraron la demanda de suspensión en el último momento por las presiones recibidas, entre ellas las del propio presidente del organismo Joseph Blatter.
Esta decisión, pese a que Rajoub había anunciado que llevaría el tema hasta el final, provocó una oleada de críticas hacia el jefe del fútbol palestino y peticiones de dimisión, no solamente procedentes de los territorios palestinos, sino también desde el extranjero.