AFP (Agencia France-Presse)
KABUL. - El presidente afgano Hamid Karzai pidió el jueves a Estados Unidos que "deje de acosar" a la justicia afgana, después de que Washington condenara la liberación por Kabul de 65 presuntos combatientes talibanes.
"Espero que Estados Unidos deje de acosar a la autoridad judicial de Afganistán", dijo Karzai en una rueda de prensa en Ankara, subrayando que esa decisión no es de la "incumbencia" de Washington.
"Afganistán es un país soberano. Si las autoridades judiciales afganas deciden liberar prisioneros, (esa decisión) no incumbe a Estados Unidos", recalcó.
Los presos, detenidos en Bagram, una controvertida prisión al norte de Kabul y antes manejada por Estados Unidos, son considerados "peligrosos" por los militares estadounidenses en Afganistán.
Pero Kabul ignoró las protestas de Washington.
"Los 65 presos fueron liberados y abandonaron la prisión de Bagram esta mañana", declaró a la AFP Abdul Shukor Dadras, miembro del comité encargado de evaluar la situación de las personas encarceladas en las prisiones afganas.
La embajada de Estados Unidos en Kabul calificó a esta decisión de "sumamente lamentable", en un comunicado.
"El gobierno afgano carga con la responsabilidad de los resultados de esta decisión [...] Le instamos a que haga todos los esfuerzos necesarios para asegurarse de que los liberados no cometan nuevos actos de violencia y terror", añadió la embajada.
En Washington, el departamento de Estado reconoció que Afganistán es un país "soberano" y que por lo tanto puede tomar este tipo de decisiones, pero expresó su "preocupación" por "la vida de los miembros de las tropas de la coalición, de las fuerzas de seguridad afganas y de los civiles afganos".
El gobierno afgano anunció el 9 de enero que un total de 72 detenidos de esta prisión cercana a Kabul serían liberados por falta de pruebas contra ellos, lo que desató las protestas de los responsables estadounidenses.
Según Estados Unidos, estos prisioneros son "personas peligrosas", directamente relacionadas con ataques contra soldados de la OTAN y miembros de las fuerzas afganas.
La liberación de los prisioneros es "un paso hacia atrás para el estado de Derecho en Afganistán" y "una fuente de inquietud legítima" para las fuerzas de seguridad afganas e internacionales, que luchan contra la insurrección de los talibanes, dijo esta semana el ejército estadounidense.
En marzo de 2013 Estados Unidos cedió a Afganistán la gestión de la prisión de Bagram, llamada "Guantánamo de Oriente", aunque los estadounidenses siguen controlando a los prisioneros no afganos, principalmente paquistaníes.
Varios observadores ven en estas liberaciones un gesto del poder afgano hacia los talibanes para convencerles de que acepten participar en negociaciones de paz para estabilizar el país tras la retirada de las tropas de la OTAN, prevista a finales de este año.
Los talibanes afganos liderados por el mulá Omar han rechazado hasta ahora cualquier diálogo con el presidente Karzai, al que consideran una "marioneta" de Estados Unidos.
Este nuevo desencuentro se añade a las tensiones existentes entre Washington y Karzai sobre el llamado acuerdo bilateral de seguridad (BSA) que debe definir si los estadounidenses mantienen algunas tropas en Afganistán tras su retirada este año.
Estados Unidos amenaza al presidente afgano de retirar todas las tropas si no firma rápidamente el acuerdo. Pero Karzai quiere esperar a las elecciones presidenciales de abril y dejar que sea su sucesor el que firme el acuerdo.
En 2011, la falta de un acuerdo similar llevó a Estados Unidos a abandonar Irak sin dejar tropas para dar apoyo al ejército iraquí y desde entonces el país vive una ola de violencia.