Kenia volverá a las urnas tras anulación de la reelección de Kenyatta
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Nairobi. – Kenia tendrá que volver a las urnas para elegir nuevo presidente, después de que la Corte Suprema del país anulara hoy la reelección del presidente, Uhuru Kenyatta, en los comicios del 8 de agosto, a instancias de su rival, el líder opositor Raila Odinga.
Las elecciones tendrán que repetirse en un plazo de 60 días, después de que el tribunal decidiera de forma unánime que no se celebraron conforme a lo que manda la Constitución, dijo el presidente de la corte.
La comisión electoral "falló, fue negligente o se negó a llevar a cabo las elecciones de acuerdo con la Constitución", señaló.
Además, el tribunal considera que irregularidades "deliberadas y de mala fe" afectaron a la integridad de los comicios, añadió por su parte el juez Njoki Ndung'u.
Kenyatta aceptó la decisión de volver a las urnas pero se mostró en desacuerdo con la corte. "Estamos dispuestos" a ir a nuevas elecciones, dijo en un discurso a la nación en Nairobi. "Dejemos que la gente decida".
Sin embargo dijo que la opinión de un tribunal de seis jueces no refleja necesariamente la voluntad del pueblo. "Unas pocas personas no pueden cambiar la voluntad de los kenianos".
"La (comisión electoral) ha llevado a cabo un proceso justo", había insisdo antes su abogado Ahmenassir Abdillahi.
Después de que Kenyatta fuera proclamado vencedor con el 54 por ciento de los votos, Odinga -que habría obtenido 44,7 por ciento- le acusó de fraude electoral, alegando que el sistema informático de la comisión electoral había sido hackeado, e impugnó los resultados.
El pasado lunes el tribunal ordenó que se permitiese a la Super Alianza Nacional (NASA) de Odinga acceder al sistema informático de la comisión electoral para poder verificar el escrutinio de los votos en las oficinas electorales. La auditoría fue supervisada por expertos independientes.
Odinga celebró la decisión como "un día histórico para Kenia y África". "Es la primera vez en la historia de África que unas elecciones presidenciales son anuladas. Es una decisión que creará precedente", dijo poco después de conocerse la noticia.
Odinga y su partido están planeando además exigir la persecución de todos los funcionarios electorales implicados en el fraude.
Precisamente la comisión electoral anunció el lanzamiento de una investigación para averiguar qué miembros de su personal estuvieron implicados en las malas prácticas en las elecciones y serán perseguidos, dijo su presidente Wafula Chebukati en una rueda de prensa. La comisión electoral sustituirá además al personal implicado.
Poco después, Odinga y sus seguidores marcharon en un convoy por las calles de la capital Nairobi saludando a la multitud. Sus seguidores cantaban "Uhuru debe irse".
El anuncio de los resultados se vio seguido de protestas por parte de la oposición en Nairobi y el oeste del país, en las que se registraron muertos en enfrentamientos con la policía. Según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, la policía mató al menos menos a 12 personas e hirió a otras 100. Las autoridades lo negaron y atribuyeron la violencia a la actuación de criminales.
La oposición llegó a denunciar la muerte de 100 personas, mientras la Policía sólo confirmó diez muertos en la capital, Nairobi.
Los observadores internacionales de la Unión Europea (UE) y el Centro Carter, entre otros, habían considerado creíbles los resultados.
La comisión electoral "falló, fue negligente o se negó a llevar a cabo las elecciones de acuerdo con la Constitución", señaló.
Además, el tribunal considera que irregularidades "deliberadas y de mala fe" afectaron a la integridad de los comicios, añadió por su parte el juez Njoki Ndung'u.
Kenyatta aceptó la decisión de volver a las urnas pero se mostró en desacuerdo con la corte. "Estamos dispuestos" a ir a nuevas elecciones, dijo en un discurso a la nación en Nairobi. "Dejemos que la gente decida".
Sin embargo dijo que la opinión de un tribunal de seis jueces no refleja necesariamente la voluntad del pueblo. "Unas pocas personas no pueden cambiar la voluntad de los kenianos".
"La (comisión electoral) ha llevado a cabo un proceso justo", había insisdo antes su abogado Ahmenassir Abdillahi.
Después de que Kenyatta fuera proclamado vencedor con el 54 por ciento de los votos, Odinga -que habría obtenido 44,7 por ciento- le acusó de fraude electoral, alegando que el sistema informático de la comisión electoral había sido hackeado, e impugnó los resultados.
El pasado lunes el tribunal ordenó que se permitiese a la Super Alianza Nacional (NASA) de Odinga acceder al sistema informático de la comisión electoral para poder verificar el escrutinio de los votos en las oficinas electorales. La auditoría fue supervisada por expertos independientes.
Odinga celebró la decisión como "un día histórico para Kenia y África". "Es la primera vez en la historia de África que unas elecciones presidenciales son anuladas. Es una decisión que creará precedente", dijo poco después de conocerse la noticia.
Odinga y su partido están planeando además exigir la persecución de todos los funcionarios electorales implicados en el fraude.
Precisamente la comisión electoral anunció el lanzamiento de una investigación para averiguar qué miembros de su personal estuvieron implicados en las malas prácticas en las elecciones y serán perseguidos, dijo su presidente Wafula Chebukati en una rueda de prensa. La comisión electoral sustituirá además al personal implicado.
Poco después, Odinga y sus seguidores marcharon en un convoy por las calles de la capital Nairobi saludando a la multitud. Sus seguidores cantaban "Uhuru debe irse".
El anuncio de los resultados se vio seguido de protestas por parte de la oposición en Nairobi y el oeste del país, en las que se registraron muertos en enfrentamientos con la policía. Según la organización de derechos humanos Human Rights Watch, la policía mató al menos menos a 12 personas e hirió a otras 100. Las autoridades lo negaron y atribuyeron la violencia a la actuación de criminales.
La oposición llegó a denunciar la muerte de 100 personas, mientras la Policía sólo confirmó diez muertos en la capital, Nairobi.
Los observadores internacionales de la Unión Europea (UE) y el Centro Carter, entre otros, habían considerado creíbles los resultados.