AFP (Agencia France-Presse)
JUBA. - El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, y su exvicepresidente Riek Machar, líder de la rebelión que se enfrenta al ejército desde mediados de diciembre, preparaban este miércoles a sus delegaciones para las negociaciones de paz, a pesar de que continúan los combates.
Las delegaciones, a las que se esperaba desde el martes en Adis Abeba, la capital etíope, no habían llegado aún en la mañana del miércoles para estas negociaciones, que se celebrarán bajo el auspicio de los países de la región.
"Estamos preparados", pero "nuestra delegación no está en Adis Abeba", dijo a la AFP el portavoz de los rebeldes, Moses Ruai Lat, y explicó que el equipo espera que vaya a buscarlos un avión de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo en el Este de África (Igad), la organización regional que controlará las conversaciones.
El portavoz del Gobierno sursudanés, Michael Makuei, confirmó que ninguna delegación gubernamental había partido todavía y que el presidente Kiir no había hecho pública aún la composición de su equipo.
Según la Igad, las negociaciones se centrarán primero en la forma de establecimiento de un alto el fuego y, después, estudiarán cómo solucionar los diferendos políticos que "condujeron a (...) la confrontación actual".
Estados Unidos, padrino de la independencia de Sudán del Sur y principal apoyo de la joven nación, consideraron que la apertura de estas negociaciones es un "primer paso importante".
"Consternación" de la Unión Africana
A pesar del ultimátum que la Igad había puesto a las dos partes para que cesaran las hostilidades el 31 de diciembre, los combates continúan.
El martes, el portavoz gubernamental confirmó la toma por parte de los rebeldes de la ciudad estratégica de Bor, capital del estado de Jonglei (este), y afirmó que el ejército se encontraba este miércoles "en los alrededores" de la ciudad, que ya ha cambiado tres veces de manos desde el inicio de los combates.
El joven Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en julio de 2011, vive desde el 15 de diciembre intensos combates provocados por la rivalidad entre el presidente Salva Kiir y el exvicepresidente Riek Machar, destituido en julio.
El primero acusa al segundo de intento de golpe de Estado, algo que Machar niega, reprochando a Kiir que quiere eliminar a sus rivales.
Se calcula que el conflicto ha dejado ya miles de muertos y cerca de 200.000 desplazados, y hay informaciones sobre violaciones, asesinatos y masacres por motivos étnicos.
Los combates tienen una dimensión tribal porque la rivalidad entre los dos hombres exacerba el antagonismo entre la tribu de los dinka, a la que pertenece Kiir, y la de los nuer, a la que pertenece Machar.
La Unión Africana (UA) expresó "la consternación y la decepción de África de ver a la nación más joven del continente caer tan deprisa en el abismo de los conflictos internos", alertando sobre el riesgo de una "guerra civil total con duras consecuencias para la paz, la seguridad y la estabilidad regionales".
El Consejo de paz y Seguridad de la UA prometió imponer "sanciones decididas" a quienes "inciten a la violencia", "continúen las hostilidades" o "cometan actos de violencia contra civiles y combatientes desarmados".