La "Fundación Maeght" sobrevivirá a su familia
AFP (Agencia France-Presse)
SAINT-PAUL-DE-VENCE. - "Un día tal vez ya no habrá miembros de la familia Maeght en la fundación", dice Isabelle Maeght, nieta del comerciante de arte y editor Aimé Maeght, quien acaba de ceder la dirección de la famosa Fundación instalada de Saint-Paul-de-Vence, en el sureste de Francia.
Aimé Maeght y André Breton
Esto no compromete en nada la permanencia de ese templo de arte, afirmó Isabelle Maeght en una entrevista a la AFP.
En este fin de agosto, Olivier Kaeppelin, que encabezaba la reestructuración del Palacio de Tokyo en París, llegó a este lugar para sucederle, aunque ella permanecerá como miembro del consejo de administración de la Fundación, presidida por su padre octogenario, Adrien.
"La Fundación es un lugar de intercambios, de acceso al arte. Está descartado hacer entrar dinero a cualquier precio, pues en cualquier momento se pierde el alma", añade, en lo que podría ser una pulla a su hermana Yoyo, que maneja en París la editorial Maeght.
Yoyo, quien ha realizado obras editoriales sobre la epopeya familiar, renunció al consejo de administración de la Fundación, al criticar veladamente a su padre y hermana por conservadores y abogar por una estrategia más rentable para el museo.
Pero Isabelle considera que los problemas se arreglarán con ella y rechaza hablar como una tigresa de sus "historias de familia".
El presupuesto se compone de entradas (150.000 por año) y catálogos. Una buena parte del presupuesto proviene de donaciones que facilita a personas ricas -entre ellas la familia Maeght- reducir sus impuestos, lo que "es una manera formidable para las fundaciones de obtener algo de oxígeno".
La Fundación no compra obra, recibe donaciones que son filtradas, pues "algunos artistas sueñan con ingresar a las colecciones, pero hay una línea, se requiere que una obra sea útil" al proyecto.
El museo propone exposiciones "llave en mano" al extranjero y presta centenares de obras cada año, pues "los artistas no trabajan para que sus obras permanezcan en las reservas".
El fondo es una de las más importantes colecciones de arte del siglo XX en Europa, pues tiene muchas obras de amigos de los fundadores como Calder, Giacometti, Léger o Miró...
Isabelle, de niña, iba a veces a la casa de Braque, mientras Chagall venía a la casa a comer los domingos.
Nuevas generaciones de artistas vienen a trabajar a Saint-Paul-de-Vence, como recientemente lo han hecho el pintor coreano Oh Sufan o el italiano Marco Del Re.
La herencia puramente familiar comprende dos galerías en París y Barcelona, una editorial, una imprenta. Pero también una colección de varios centenares de obras acumuladas de generación en generación.
Y siempre está muy presente el padre. "Nunca se nos ocurriría hacer entrar a un artista en la galería sin hablarle a papá, sin mostrarle su trabajo, sin presentarle al artista".
Pues "si uno no se entiende con el hombre como tal, no se llegará nunca a trabajar con el artista".