La NASA debe olvidar el regreso a la Luna
		 Público, Madrid, España
En 2004, George W. Bush quiso emular a John F. Kennedy. Los estadounidenses volverían a vibrar con la aventura espacial gracias a su Visión para la Exploración del Espacio, que llevaría a la NASA primero a la Luna y finalmente a Marte.
				 Cápsula Orion que fracasó al fallar el paracaídas
				
			   El comité sugiere desechar el cohete Ares, aunque se pierdan millones    
  Una  vez en la trampa, la comisión, formada por astronautas y representantes  de la academia y de la industria, propone una solución evidente para  salir de ella: equiparar los objetivos a los recursos. Y, salvo que  Obama y el Congreso accedan a aprobar el incremento de 3.000 millones  de dólares que la Comisión calcula necesario para afrontar proyectos  más ambiciosos, el futuro de los humanos en el espacio salvo que China  diga lo contrario no será épico. Ni Marte, ni asteroides, ni base lunar.    Si se mantiene la arquitectura de Constellation, la NASA no tendría un medio de transporte propio al espacio durante seis años, el periodo más largo desde el inicio de la era espacial. Los transbordadores se retirarían en 2011 un año más tarde de lo previsto para que el número de lanzamientos sea razonable y no ponga a las tripulaciones en peligro y el primer Ares I llegaría "no antes de 2017". Esta ruta tendría además una víctima que afectaría directamente a la inversión europea en el espacio. Si no hay fondos adicionales, la Estación Espacial Internacional (ISS) caería sobre el Pacífico en 2015, tras más de una década de construcción y con sólo cinco años de utilización a pleno rendimiento.
Abandonar la ISS
  La inversión europea en la ISS depende de la decisión de EEUU    
  La  comisión considera poco sensato abandonar la ISS en 2015 y propone  alargar su vida hasta 2020 añadiendo más fondos para que se pueda  aprovechar la gran inversión realizada. En este modelo, Ares I desaparecería y sería sustituido por la versión Ares V Lite  del vehículo de carga, que tendría también capacidad para transportar  astronautas. A corto plazo, según explicó Augustine, la NASA se podría  apoyar en las empresas privadas para desarrollar un cohete más sencillo  que serviría para llegar a la ISS hasta su desaparición.     Ni Ares I ni las cápsulas Orión se encuentran entre las opciones preferidas por el panel de Augustine. De siete opciones propuestas, sólo dos incluyen al cohete de Constellation. El resto, tanto con el presupuesto actual como con un hipotético incremento, dejarían el acceso a la órbita terrestre a cohetes desarrollados por la empresa privada, "para que la NASA pueda dedicar su enorme capacidad en ir más allá", afirmó Augustine. Las cápsulas Orión podrían ser sustituidas por una versión reducida con capacidad para cuatro astronautas.
  El planeta rojo es "un claro objetivo, pero ir allí directamente no es sensato"    
          La  perspectiva de la exploración espacial tripulada se pondría más  interesante si Obama aceptase la recomendación de la comisión de  incrementar en 3.000 millones de dólares anuales el presupuesto de la  NASA. En este caso se podría salir de la órbita terrestre con Marte en  el horizonte. El planeta rojo es "un claro objetivo, pero ir allí  directamente no es sensato", afirmó Augustine.     
  En su  informe, la comisión propone varias alternativas con dos objetivos  fundamentales como destino intermedio. La primera tendría la Luna como  paso previo, donde se llegaría a mediados de la década de 2020. La  segunda opción, el "camino flexible" en palabras del informe, es, según  pudo escucharse en la presentación del documento, la vía favorita de  Norman Augustine. Él preferiría abandonar la idea de volver a la Luna  para dar pasos intermedios hacia Marte viajando a destinos  inexplorados. Misiones a los satélites de Marte Fobos y Deimos, visitas  a asteroides o a los Puntos Lagrangianos. Acercarse a estos lugares,  además del interés de su novedad, evitaría el gran gasto de combustible  que requiere despegar desde un cuerpo con la gravedad de la Luna.  Ahora, la decisión está en manos de Obama.