La ONU condena la ofensiva islamista en Mogadiscio y la población huye
AFP, Agence France-Presse
Prosiguen los combates en Somalia, donde la formación de un gobierno con ex-guerrilleros islamistas y apoyos internacionales no ha logrado acabar con la violencia, que ha dejado 103 muertos desde el pasado 7 de mayo.
MOGADISCIO, 15 mayo 2009 (AFP) - La población huía de Mogadiscio el viernes, aterrorizada por la ofensiva de los islamistas radicales contra el gobierno somalí, que la ONU condenó firmemente.
Los combates entre las fuerzas gubernamentales y la insurgencia han dejado 103 muertos, 420 heridos y 18.000 desplazados en Mogadiscio desde el desencadenamiento de la ofensiva de los islamistas el 7 de mayo, indicó el viernes el ministro de Comunicación, Farhan Ali Mahamud.
El consejo de seguridad de la ONU "reafirma su apoyo al gobierno federal de transición como dueño de la autoridad legítima en Somalia (...) y condena la reciente reanudación de los combates por los Shebab y otros extremistas, que constituye una tentativa de derrocar a esta autoridad por la fuerza", en una declaración adoptada por unanimidad.
El gobierno de transición somalí, que controla sólo unos sectores claves de la ciudad, reemplazó al comandante en jefe del ejército, Said Mohamed Hirsi, por el comandante segundo de la policía, Yusuf Osman Dhumal.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció que los últimos combates dejaron 30.000 desplazados, según un comunicado publicado el viernes.
No se oyeron disparos el viernes por la tarde en la capital, pero los habitantes seguían huyendo, según observó un corresponsal de la AFP.
El jueves, los insurgentes se desplegaron en las proximidades del palacio presidencial y de instituciones públicas, en un tenso cara a cara con las fuerzas gubernamentales y la misión de paz de la Unión Africana (UA) en Somalia (Amisom), que cuenta con 4.000 soldados ugandeses y burundeses.
Esta última ofensiva de los insurgentes, liderados por el jefe radical Hassan Dahir Aweys, contra el presidente Charif Cheikh Ahmed, un islamista moderado,no tiene precedentes.
En la interminable guerra civil somalí iniciada en 1991 y marcada por incesantes cambios de alianzas, Aweys y el actual presidente fueron aliados cuando dirigieron los tribunales islámicos, que controlaban en el segundo semestre de 2006 la mayor parte del sur y del centro del país, incluida Mogadiscio, antes de ser derrocados por el ejército etíope a principios de 2007.
Ahmed se unió a continuación al proceso de reconciliación supervisado por la ONU y fue elegido presidente en enero. Aweys siempre rechazó este proceso y prometió luchar hasta la salida de la Amisom.
nur-mc/lp/bmk/at
© 1994-2009 Agence France-Presse
Los combates entre las fuerzas gubernamentales y la insurgencia han dejado 103 muertos, 420 heridos y 18.000 desplazados en Mogadiscio desde el desencadenamiento de la ofensiva de los islamistas el 7 de mayo, indicó el viernes el ministro de Comunicación, Farhan Ali Mahamud.
El consejo de seguridad de la ONU "reafirma su apoyo al gobierno federal de transición como dueño de la autoridad legítima en Somalia (...) y condena la reciente reanudación de los combates por los Shebab y otros extremistas, que constituye una tentativa de derrocar a esta autoridad por la fuerza", en una declaración adoptada por unanimidad.
El gobierno de transición somalí, que controla sólo unos sectores claves de la ciudad, reemplazó al comandante en jefe del ejército, Said Mohamed Hirsi, por el comandante segundo de la policía, Yusuf Osman Dhumal.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció que los últimos combates dejaron 30.000 desplazados, según un comunicado publicado el viernes.
No se oyeron disparos el viernes por la tarde en la capital, pero los habitantes seguían huyendo, según observó un corresponsal de la AFP.
El jueves, los insurgentes se desplegaron en las proximidades del palacio presidencial y de instituciones públicas, en un tenso cara a cara con las fuerzas gubernamentales y la misión de paz de la Unión Africana (UA) en Somalia (Amisom), que cuenta con 4.000 soldados ugandeses y burundeses.
Esta última ofensiva de los insurgentes, liderados por el jefe radical Hassan Dahir Aweys, contra el presidente Charif Cheikh Ahmed, un islamista moderado,no tiene precedentes.
En la interminable guerra civil somalí iniciada en 1991 y marcada por incesantes cambios de alianzas, Aweys y el actual presidente fueron aliados cuando dirigieron los tribunales islámicos, que controlaban en el segundo semestre de 2006 la mayor parte del sur y del centro del país, incluida Mogadiscio, antes de ser derrocados por el ejército etíope a principios de 2007.
Ahmed se unió a continuación al proceso de reconciliación supervisado por la ONU y fue elegido presidente en enero. Aweys siempre rechazó este proceso y prometió luchar hasta la salida de la Amisom.
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