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Madrid ha vuelto a quedar en evidencia a ojos de la comunidad internacional en el quinto informe realizado por el Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en el Estado español. Ginebra le conmina a que derogue de forma definitiva la incomunicación y adopte medidas eficaces e integrales para la prevención de la tortura, y alarma sobre la excesiva laxitud que supone la definición de «terrorismo».
Después de que el Estado español haya permanecido doce años sin someterse al análisis sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que los estados firmantes deben realizar cada seis años -el último data de 1996; y el Gobierno de Aznar se negó a la investigación en 2002-, el Comité de Derechos Humanos de la ONU vuelve a denunciar que el fantasma de la tortura planea sobre las comisarías y los acuartelamientos.
Contradice al Gobierno español
En el apartado siguiente, uniéndolo con la denuncia de la práctica de la tortura, la Organización de Naciones Unidas emplaza a Madrid a que suprima «definitivamente el régimen de incomunicación», porque, contra la justificación del Gobierno español de que su mantenimiento resulta ser «en aras del `interés de la justicia'», los expertos entienden que ese régimen de detención «puede propiciar los malos tratos».
Gara, País Vasco 01-11-08