La audacia ante la austeridad es el gran desafío de la lírica en Bruselas

AFP (Agencia France-Presse)

BRUSELAS. - Se dice que no hay mal que por bien no venga, asegura el director del Teatro Real de la Moneda de Bruselas, uno de los más emblemáticos de la Opera europea, que en tiempos de crisis recobró su lustre con una temporada sin grandes escenografías pero "más audaz e innovadora".

La audacia ante la austeridad es el gran desafío de la lírica en Bruselas
"En tiempos de crisis, la audacia es lo que da resultado", cuenta Peter de Caluwe, al frente de este Teatro de más de 300 años de antigüedad, un coliseo lírico que dio que hablar por su grandiosidad, tan monumental como sobrecargada.
Pero ante la crisis económica y financiera, el Teatro de La Moneda, en el que también la danza contemporánea y el ballet clásico han tenido un lugar privilegiado, debió ajustarse el cinturón, al igual que muchas salas líricas europeas.
"Debimos reducir nuestro personal de 500 efectivos en 2005 a 422 este año", además de compartir vestuario con salas como el Teatro Colón de Buenos Aires y limitar la escenografía y los efectos, entre otras cosas, ante el creciente descenso de las subvenciones y patrocinios privados.
"Es un esfuerzo máximo el que hemos hecho. Nos vemos obligados a reflexionar sobre cada cosa. Ya no somos un espectáculo de lujo", argumenta De Caluwe en una entrevista con la AFP.
El desafío es demasiado grande. La ópera ha sido históricamente uno de los espectáculos más caros, que necesitan grandes colectivos para su puesta en escena.
Para la difícil puesta en escena de El gran macabro de György Ligeti, por ejemplo, el teatro compartió los costos de la obra (de 500.000 euros) "con otras salas en Londres, Barcelona, Buenos Aires u Oslo".
La "austeridad es una palabra que no nos da miedo". Bien al contrario, nos obliga a ser más osados, poniendo a prueba nuestra imaginación y creatividad", afirma este director nacido en la región flamenca (norte) de Bélgica, de habla neerlandesa.
En tiempos de crisis, la cultura es uno de los sectores que más sufren por los recortes y medidas de austeridad que imponen los gobiernos y los dirigentes de la Unión Europea, amenazando a teatros líricos como El Liceo de Barcelona, que debió cerrar hasta el final de la temporada, cancelando siete espectáculos, entre ellos cuatro óperas.
"Es extraordinario entonces que tengamos tanto éxito", afirma el director del Teatro de Bruselas que en 2011 recibió el premio de la Opera del año, concedido por la prestigiosa revista internacional Opernwelt por haber encontrado la "fórmula de éxito" combinando "la opulencia del buen gusto y la sensibilidad francesa con el trabajo intelectual alemán".
El premio cobra más valor teniendo un cuenta que este edificio enclavado en el centro de Bruselas, con un estilo que yuxtapone elementos neobarrocos y neoclásicos en rojo y oro, está lejos de tener los medios con los que cuentan otros coliseos líricos en Múnich, Milán, París o Londres. Su sala apenas puede albergar 1150 localidades y su escenario es demasiado estrecho.
El teatro tuvo su momento de gloria con coreógrafos como el francés Maurice Bejart o la belga Anne Teresa De Keersmaeker.
La temporada de ópera 2012 incluye a Il trovatore de Verdi pero también óperas menos conocidas como Edipo del rumano George Enescu.
De Caluwe pide que la cultura no sea siempre el primer sector víctima de los recortes presupuestarios provocados por la crisis.
"La cultura está integrada a nuestra vida. De la misma manera que se promociona el fútbol, se debe promover la cultura".


Nuevo comentario: