La batalla por Ain al Arab, estratégica para kurdos y yihadistas

AFP (Agencia France-Presse)

Beirut, Líbano. - La batalla por Ain al Arab (Kobane en kurdo), una ciudad perdida en el mapa entre Siria y Turquía, es crucial para el grupo Estado Islámico (EI), deseoso de extender su "califato", y para los kurdos, que no pueden prescindir de ella para su soñada autonomía.

Si los combates son tan intensos desde hace semanas es porque ninguna de las dos partes puede permitirse fracasar.

Para los kurdos su pérdida sería "una tragedia" para "el proyecto ideal de un Kurdistán autónomo en Siria", afirma Cyril Roussel, investigador del Instituto Francés de Oriente Medio (IFPO) en Amman.

Un fracaso imposibilitaría la creación de "un Rojava unido", el Kurdistán sirio con el que sueña gran parte de los tres millones de kurdos de Siria, añade un geógrafo especialista en el país, Fabrice Balanche. 

Kobane es la capital de uno de los tres "cantones" de una región autónoma, junto con el de Afrine al oeste y Jaziré al nordeste, cuyas principales ciudades son Qamichli y Hasaka.

La pérdida de Kobane, situada en el centro, "significaría la imposibilidad" de unir las otras dos, precisa Balanche.

"Afrine se convertiría en el próximo blanco" de los yihadistas, y los kurdos "quedarían entonces confinados en Hasaka, donde podrían ser atacados", dijo.

La caída de la ciudad asestaría un golpe a la legitimidad de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), la milicia kurda que la defiende a capa y espada desde hace casi un mes.

"El grupo se encuentra bajo presión. Debe demostrar que no abandona a los kurdos, que está dispuesto a librar una batalla hasta el último hombre y hasta la última mujer", explica Aron Lund, especialista de Siria en el Centro Carnegie.

 

- Gran alcance simbólico -

 

Para Cyril Roussel, el proyecto "ideológico-político-territorial" de Rojava tropieza frontalmente con el de los yihadistas. "Es una piedra en el zapato" del EI "que quiere extender su territorio para crear un gran califato".

La toma de Kobane permitiría a este grupo radical sunita "moverse libremente de oeste a este", explica Aron Lund. El EI ya controla un tercio de la frontera norte con Turquía.

Pero por encima de todo, una victoria en esta ciudad tendría un carácter simbólico.

"Sería una victoria contra los kurdos, que siempre los han derrotado" en otros lugares, afirma Rusel.

También le brindaría publicidad, al tratarse de un éxito frente a la coalición internacional que bombardea las posiciones del grupo desde el 23 de septiembre. Podría afirmar que ni siquiera la coalición puede acabar con él, porque, según ellos, "es la voluntad de Alá", expone Balanche.

En Twitter, los yihadistas bautizaron la localidad "Ain al Islam" ("la fuente del islam") en vez del nombre árabe Ain al Arab.

Desde que ha comenzado la guerra en Siria, los kurdos han creado una autonomía mediante comités locales que consideran una experiencia democrática en un país dirigido por una autocracia desde hace casi medio siglo.

Principal partido kurdo de Siria, el PYD (Partido de la Unión Democrática) es un grupo laico, de tendencia socialista que concede un lugar destacado a la mujer, incluso en la rama armada, las YPG. De hecho uno de los comandantes en Kobane es una mujer.

El proyecto kurdo se encuentra en las antípodas del del EI, que defiende una versión extremista del islam y la resurrección del califato, desaparecido hace un siglo. Por eso no duda en decapitar, lapidar e incluso crucificar a los que considera sus enemigos.

Los analistas también coinciden en que el debilitamiento del proyecto kurdo beneficiaría a la vecina Turquía, donde el conflicto kurdo ha causado 40.000 muertos desde 1984 y está acusada de haber cerrado los ojos ante la entrada de los yihadistas en Siria desde su frontera.



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