La boda de la princesa Victoria atiza el antimonarquismo en Suecia

AFP, Agence France-Presse

ESTOCOLMO, (AFP) - La inminente boda de la princesa heredera Victoria, criticada por ser demasiado cara, excesivamente vistosa y arcaica, y la atención mediática que suscita han atizado el sentimiento antimonárquico en Suecia, pese a que la familia real en sí es bastante popular.

La boda de la princesa Victoria atiza el antimonarquismo en Suecia
"Nos caen bien", reconoce Mona Abou-Jeib Broshammar, que lidera la Asociación Republicana de Suecia, al referirse a la familia real. "No hacen daño a nadie", añade.
El problema, subraya, es "que heredan el poder".
La mayoría de los medios de comunicación se han volcado con los preparativos de la boda del 19 de junio entre la princesa Victoria, de 32 años, y Daniel Westling, de 35 años, propietario de unos gimnasios de lujo.
Al mismo tiempo, sin embargo, la oposición a la monarquía se ha disparado.
Según un sondeo reciente, en las últimas dos décadas, el número de suecos que quieren abolir la monarquía se ha más que duplicado, hasta el 28%.
El pasado año, el número de miembros de la Asociación Republicana se ha doblado hasta superar los 6.000.
Pero esta oposición "no tiene nada que ver con las personas, realmente", insiste Peter Althin, abolicionista y abogado, en un documental sobre la monarquía emitido el lunes en la televisión pública sueca.
Incluso admitió que verá la boda el sábado.
"Por supuesto que la veré. Es maravilloso ver a dos personas que se quieren", dijo.
Para Broshammar, el creciente sentimiento antimonárquico en Suecia tiene poco que ver con las personas y se debe a la necesidad de "evaluar nuestras alternativas democráticas".
La distinción es clara en la página web de la asociación, en la que se pueden ver llamamientos a la abolición de la monarquía junto a mensajes que expresan sus preocupaciones por las restricciones a las que están sometidos los miembros de la familia real.
En una página se puede ver un retrato de Victoria junto al de una mujer con velo integral y más de un comentario sugiere que, en Suecia, la princesa es la más oprimida de las dos.
"Según la Constitución sueca, una de estas mujeres tiene que pedirle a su padre permiso para casarse con el hombre que quiere", dice uno de los comentarios. "Una de estas dos mujeres no tiene, según la Constitución sueca, derecho a la libertad de expresión".
Según las leyes de sucesión al trono, el heredero o heredera no puede casarse sin el consentimiento de su padre, el Rey, y del gobierno.
Además de esta imagen retrógrada, los abolicionistas denuncian que el fastuoso tren de vida de la realeza lo financian los ciudadanos con sus impuestos.
Según el jefe del estado mayor del rey, el general Haakan Petterson, la suma destinada a los gastos reales en 2010 superó los 100 millones de coronas (10,5 millones de euros o unos 12,8 millones de dólares) y la boda de este sábado costará unos 20 millones de coronas, de los cuales la mitad financiados por el Estado.
Según Broshammar el despliegue mediático en torno a la boda, y en torno a otros miembros de la monarquía, explican en gran parte la creciente oposición a la monarquía.
La cobertura de la vida privada de los miembros de la familia real, muy seguida por la prensa del corazón, ha exasperado a la población, según él.
"Muchos medios están ganando mucho dinero con la familia real", dijo Broshammar. "Es lo que nos dicen cuando nos llaman: 'no puedo más'. Las cosas tienen que cambiar'".


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