La colonización en Jerusalén Este afecta relaciones entre Netanyahu y Obama
AFP, Agence France-Presse
Israel adoptó una gran discreción luego de las cruciales entrevistas de Benjamin Netanyahu y el presidente estadounidense Barack Obama en Washington, pero no hay duda de que el tema de Jerusalén Este afecta mucho en las relaciones de ambos aliados.
La oficina del primer ministro israelí se limitó a difundir un comunicado lacónico, donde dice que hubo una "buena atmósfera" en los encuentros entre Netanyahu y Obama que se realizaron lejos de los medios de prensa.
Aunque nada indica que los consejeros de ambos países hayan realizado avances, "continuarán el miércoles discutiendo las ideas abordadas durante este encuentro", según el comunicado, que no dio más precisiones.
Una vez más, el problema de la colonización judía en Jerusalén Este anexionada perturbó el diálogo israelo-estadounidense, mientras la administración Obama se esfuerza para relanzar el proceso de paz en Oriente Medio, bloqueado desde fines de 2008.
Cuando se llevaban a cabo las entrevistas entre Netanyahu y Obama, los medios de prensa israelíes anunciaron la autorización por parte de la alcaldía de Jerusalén de la construcción de 20 viviendas en el lugar donde hay un hotel palestino, en el sector oriental anexionado por Israel en 1967.
Este proyecto inmobiliario fue lanzado por un magnate judío estadounidense, Irving Moskowitz, que financia varias organizaciones ultranacionalistas con el objetivo de propiciar la instalación de israelíes en los barrios árabes de la Ciudad Santa.
El movimiento anticolonización La Paz Ahora acusó de inmediato a la municipalidad de Jerusalén de "sabotear las posibilidades de llegar a un acuerdo con los palestinos".
"De hecho, Benjamin Netanyahu no logra controlar la municipalidad y la colonización continúa", deploró Hagit Ofran, un dirigente de La Paz Ahora.
Fue el anuncio de la construcción de 1.600 viviendas suplementarias en el barrio judío de Ramat Shlomo en Jerusalén Este, en plena visita del vicepresidente estadounidense Joe Biden a Israel, lo que originó el enfriamiento diplomático entre Israel y Washington.
Pese a las garantías repetidas de los dirigentes israelíes, la molestia en las relaciones bilaterales no se ha disipado.
Israel considera a toda la Ciudad Santa como su capital "indivisible y eterna", mientras que los palestinos quieren establecer la capital de su futuro Estado en Jerusalén Este.
La comunidad internacional no reconoce la anexión por parte de Israel de la parte oriental de Jerusalén conquistada durante la Guerra de los Seis Días (junio de 1967).
"Jerusalén no es una colonia. Es nuestra capital", reiteró el lunes el jefe de gobierno israelí ante la AIPAC, principal grupo de influencia estadounidense proisraelí.
"El pueblo judío construyó Jerusalén hace 3.000 años y el pueblo judío construye Jerusalén hoy", dijo provocando una ovación del auditorio.
El día anterior, en Jerusalén, ante sus ministros, había asegurado que "la política de construcción en Jerusalén es la misma que en Tel Aviv".
Según un oficial israelí, Netanyahu advirtió a los estadounidenses que si "apoyan las peticiones no razonables de los palestinos sobre el congelamiento de la construcción en Jerusalén, el proceso político puede ser bloqueado durante un año".
De lado palestino, no sólo se reclama el cese de la colonización en Jerusalén Este y en la Cisjordania ocupada, sino que en especial se pide a Estados Unidos presionar a Israel.