AFP (Agencia France-Presse)
AvIñón, Francia. - A través de un enfoque emocional y cómico, la crisis financiera irrumpió en las tablas del festival de teatro de Aviñón (sur de Francia), donde los directores cuestionaron la "pretendida racionalidad" del mundo de la economía.
El alemán Thomas Ostermeier presenta, a partir del miércoles, la obra de Henrik Ibsen, "Un enemigo del pueblo", que cuenta la lucha de un médico por destapar la verdad sobre la contaminación en un balneario enfrentándose a los intereses económicos.
Con "15%", en cartel a partir del jueves, Bruno Meyssat analiza la crisis de los "subprime" (créditos hipotecarios a riesgo) que estalló en Estados Unidos en 2008. El alemán Nicolas Stemann tratará el mismo tema desde el sábado en "Los contratos del comerciante, una comedia económica", desarrollada a partir de un texto de la autora austríaca Elfriede Jelinek.
Los tres artistas intentan, cada uno a su manera, superar la complejidad del lenguaje económico y su pretendida racionalidad para provocar preguntas, asombro o risas.
Para Thomas Ostermeier, que ha reescrito el 80% del texto original de Ibsen para adaptarlo a nuestra época, la pregunta esencial gira en torno "al poder de la verdad" en una sociedad marcada por la economía, donde el beneficio se ha erigido en el principio dominante.
"Sistema económico diabólico"
"En esta obra todos los políticos hablan de la democracia, pero las verdaderas decisiones se toman fuera de la mayoría", declaró a la AFP.
"Una vez que las decisiones están tomadas, se intenta encontrar una mayoría".
"Hoy en día es fundamental saber cómo continuar con este sistema económico que resultó ser diabólico", afirma Thomas Ostermeier, que califica su teatro de "sociológico".
Obsesionado por la crisis de los "subprime", Bruno Meyssat viajó a Estados Unidos con su equipo para conocer a los protagonistas de esta crisis y recoger en persona el máximo de información.
"La escritura no surge de una obra, sino de una realidad compartida", explica el director. Los miembros de la compañía han improvisado a partir de lo que experimentaron para darle vida.
"Trabajamos a partir de un material árido, pero hemos creado montajes visuales a los cuales se añaden textos, todos originales, o declaraciones realizadas por responsables económicos o políticos sobre las crisis recientes", asegura.
"A la banca le gusta decir que es extremadamente científica, fiable y, de hecho, los economistas con los que hemos hablado nos dicen que es un juego de pasiones y también un juego ideológico. Es decir, que se colocan cosas racionales detrás de cosas que son emocionales", asegura Bruno Meyssat.
Nicolas Stemann procede a una desmitificación radical de la economía a partir del texto de Elfriede Jelinek, premonitorio de la crisis de los "subprime". Hace "una comedia" de "la tragedia" de personas que pensaron poder ganar dinero mostrándose inteligentes.
"Pensamos que este sistema monetario es un sistema racional porque usa cifras", asegura. "Pero sin la confianza no funciona".
El espectáculo, que puede verse por primera vez en Francia, se adapta permanentemente y está abierto a la improvisación, con el director dirigiéndola en vivo sobre el escenario. "La manera de comprenderla es corporal y energética", dice, con el "coro de pequeños accionistas" y el "de grandes accionistas", como en la tragedia griega. Una forma, para Nicolas Stemann, de "introducir la esfera económica en el teatro".