La doble cara del embargo de EEUU contra Cuba: carencias e ingenio al máximo
AFP (Agencia France-Presse)
LA HABANA. - El embargo de Estados Unidos contra Cuba, que acaba de cumplir medio siglo, sometió a los cubanos a penurias increíbles, pero también los obligó a desarrollar al máximo el ingenio, "inventar", lo que los sociólogos denominan una 'cultura de la sobrevivencia'.
De la Rosa, de 74 años y quien recibe tratamiento contra el cáncer de estómago, sostiene que "el daño del bloqueo", al "que no escapa ningún sector económico o de servicios" de la isla, es "innegable y se siente con particular crudeza en la salud".
"Muchas veces se nos mueren los familiares, porque no tenemos un medicamento. Son historias que se viven diariamente en este hospital", añadió, refiriéndose al Instituto de Oncología de La Habana, donde es atendido.
Según un informe oficial, solo entre mayo de 2010 y abril de 2011, la afectación del embargo en la salud se calculó "en 15 millones de dólares", debido fundamentalmente "a la compra en mercados lejanos y a los incrementos de precios".
La imposibilidad de comprar a Estados Unidos "citostáticos novedosos", o "antibióticos de última generación" hace "particularmente cruel" el impacto en esa esfera, añadió el informe.
La Habana calcula "conservadoramente" que hasta 2010 las pérdidas por el embargo, aprobado en 1962 por el presidente John F. Kennedy, superaban los 104.0000 millones de dólares, a precios corrientes.
Pero el gobierno de Barack Obama insiste en mantenerlo mientras no haya apertura democrática en la isla, a la que acusa de usarlo como pretexto para justificar errores en la economía.
El propio presidente Raúl Castro ha exigido a los dirigentes cubanos dejar de "echarle la culpa al bloqueo" y trabajar con disciplina y eficiencia, pero sostiene que el bloqueo es el "principal obstáculo al desarrollo" de su país.
Considerado "embargo" por Washington, el "bloqueo", como lo define Cuba, fue condenado 20 veces desde 1992 por la Asamblea General de Naciones Unidas -en 2011 por 186 votos de 193 posibles.
Los cubanos comenzaron a sentirlo con mayor rigor en los años 90, tras la desintegración de la ex Unión Soviética, lo que los obligó a desarrollar un extraordinario ingenio para sobrevivir, que sociólogos locales denominan "cultura de la sobrevivencia".
"Desarrolló la inventiva a niveles estratosféricos, tienes que 'resolver' con lo que tienes", dijo Yosvany, un mecánico automotriz de 36 años, mientras narraba a la AFP lo que hace para mantener rodando a los "almendrones" (autos norteamericanos de los años 50), que en más de 50.000 aún circulan en la isla.
"Sustituimos todo lo norteamericano (pistones, cajas de velocidad, sistemas de frenos) por piezas rusas, coreanas, japonesas. Todo tiene solución", afirmó.
Lo mismo sucede con heladeras, locomotoras, equipos industriales, electrónicos y electrodomésticos.
Pero el propio bloqueo y la ausencia de relaciones con Washington, permiten a los cubanos "piratear" películas norteamericanas para sus cines o cadenas de televisión (todas estatales), sin que nadie pueda reclamarle.
Algo parecido sucede con los demandados softwares informáticos, que corren de computadora a computadora, estatal o privada, sin licencia.
"Si el embargo termina mañana, tendríamos que cerrar muchos cines, pues no tendríamos cómo pagar esos filmes", dijo a la AFP una funcionaria que prefirió no ser identificada.
Pero en 2001 el Congreso aprobó la venta de alimentos norteamericanos a Cuba y numerosos productos alimenticios llenan los estantes de tiendas en divisas de la isla. Estados Unidos, aunque en una sola dirección (importaciones), es el sexto socio comercial de Cuba.
De la comunidad cubana emigrada a Estados Unidos, llegan a la isla anualmente más de 2.000 millones de dólares en remesas familiares, y más de 300.000 cubanos residentes de ese país, aunque los norteamericanos tengan prohibido visitar la isla.