La fiscalía lanza su ataque
Público, Madrid, España
Mientras el fiscal jefe del Tribunal Supremo, Luis Navajas, y el teniente fiscal, Juan José Martín-Casallo, se aprestan a presentar su escrito hoy miércoles 21 de abril, a última hora, o mañana jueves, a más tardar a las doce del mediodía para que el magistrado instructor Luciano Varela pueda elaborar el auto de apertura de juicio oral contra el juez Baltasar Garzón, la pregunta es: ¿Por dónde atacará, jurídicamente hablando, la fiscalía?
El juez del Tribunal Supremo Luciano Varela
La pieza jurídicaa mover porla fiscalía es la doctrina Botín
Hubo otros votos particulares. Uno de ellos, suscrito por los magistrados Carlos Granados, Joaquín Jiménez y Andrés Martínez Arrieta. Uno de ellos, Jiménez, es miembro de la sala de cinco magistrados abocado al caso de las víctimas de la Guerra Civil. En el citado voto discrepante con una mayoría favorable a cambiar la doctrina Botín en el caso del ex presidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa, juzgado por impulso exclusivo de la acusación popular y absuelto por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco primero y el propio Tribunal Supremo después, los tres magistrados advertían de la violación de la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
Pero más relevante era su valoración. "Situar en plano de igualdad la acusación popular con el ministerio fiscal, mediante el implícito argumento de que esta actuaría como remedio para la inactividad, cuando no desconfianza, hacia el ministerio fiscal, parece un argumento fundado en un apriorismo que es incompatible con el deber de respeto al propio campo de actuación y colaboración debidos entre los distintos poderes e instituciones del Estado", escribían.
En cinco años no ha prosperado ninguna acusación popular contra aforados
El diagnóstico, a la luz de estos dos años transcurridos, es irrebatible: "Más bien puede afirmarse que la derivación al sistema de justicia penal de conflictos escasamente jurídicos, o simplemente la utilización del proceso penal para finalidades ajenas a su propio cometido, parece vehicularse, actualmente, a través del ejercicio de la acción popular en no pocas ocasiones", añadían. Para fundamentar su tesis, los magistrados aportaron evidencias. "No se trata de un juicio de valor o intuición de los firmantes de este voto, por lo que se refiere a esta Sala Segunda, competente para la instrucción de causas penales dirigidas contra las personas aforadas, sino que se sustenta en datos reales, en cuanto en los últimos cinco años se han contabilizado 24 denuncias y querellas, formalizadas por acusaciones populares contra diversas personas aforadas, sin que prosperase ninguna", señalan.
Desde entonces, claro, ha habido más querellas. Muchas, siguiendo la costumbre descrita en el voto particular, han sido rechazadas. Y, mira por dónde, varias de las demandas contra el juez Garzón, que en otras épocas no prosperaban, ahora sí, convirtiéndolo en el blanco favorito.