AFP (Agencia France-Presse)
BUENOS AIRES. - La indignación frente al poder, torturar a quienes nos hirieron o querer matar después de una infidelidad arman los "Relatos Salvajes" del cineasta Damián Szifrón, la popular cinta que atrae a millones en Argentina y provoca fantasías de expresar la ira hasta el final.
Son 122 minutos que hilvanan seis historias autónomas cuyo punto en común es la rabia que detonan situaciones donde se choca con el sistema en un mundo injusto repleto de salvajes.
En la ficción la violencia es desatada por un político comunal, un millonario, un juez o una multinacional.
Mientras la película tiene próximo estreno en España y se espera su proyección en Brasil, México, Chile, entre otros mercados, en Argentina ha superado los dos millones de personas que la han visto desde el 21 de agosto.
La obra coproducida por Pedro Almodóvar y con música del oscarizado Gustavo Santaolalla, espera que la próxima semana alcance los números que la llevarían a portar el título de la cinta argentina más vista en el país.
"Son tantas veces las que he fantaseado con hacer explotar a gente de mi trabajo, a mi jefe, incluso a mis viejos", contó a carcajadas Martina Petinatti, una estudiante universitaria de 22 años, que trabaja como pasante en una oficina de bienes raíces.
Petinatti, que vio la película con unas amigas en Buenos Aires, es una de las miles de fanáticas de la obra de Szifrón, su tercer largometraje después de "El fondo del mar" (2003) y "Tiempo de valientes" (2005).
"Relatos Salvajes" cuenta con las actuaciones de grandes figuras del cine local también conocidas en el exterior como Oscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Darío Gradinetti y Ricardo Darín, junto a un trío femenino que se luce: Rita Cortese, Julieta Zylberberg y Érica Rivas.
- Identificados con la furia -
"La película es un perturbador espejo de nuestra sociedad actual, caracterizada por el sin límites", opinó Diana Paulozky, una psicoanalista cinéfila que sumó su halago en el sitio Todaslascríticas.com.
Andrés Rascovsky, expresidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) considera que el triunfo de la película radica en la identificación con las formas de violencia en la actualidad.
"De alguna manera la gente se identifica con esa violencia y ese resentimiento, esa ira contra distintos aspectos de la vida contemporánea", explicó Rascovsky al celebrar el filme.
Según este psiconalista, "lo que no sucede en nuestra realidad es que la gente pase a la acción" como en la ficción y recordar esa "fantasía humana que intenta responder a las angustias y situaciones traumáticas que se han vivido".
"Lo que hace que no pasemos a la acción es la conciencia moral, lo que llamamos en el psicoanálisis el súper yo y un intento de la adaptación y preservación del otro ser humano", indicó el experto asegurando que todos hemos querido atentar contra aquellos que nos han producido un daño físico, incluso contra nuestros padres.
Mari Sa, otra cinéfila -que no revela la edad- fascinada con la propuesta de Szifrón, consideró que el valor del guión es mostrar "lo que vemos diariamente en la vida cotidiana, violencia, sangre, muerte, impunidad", apuntó.
- No todas son flores -
"Relatos salvajes" arrancó elogios contundentes cuando fue estrenada en el pasado Festival de Cine de Cannes, desde donde las "biblias" de la industria del entretenimiento, Hollywood Reporter y Variety levantaron el filme.
"Aplastante y excepcional", la calificó el crítico argentino Pablo Scholz, que se aventuró en el diario Clarín a comparar a Szifrón con un cineasta "como Hitchcock, como Spielberg, como Scorsese".
Pero también ha sido reprobada.
Según Roger Koza, crítico del sitio Ojos Críticos, la cinta parece a ratos "un conjunto de cortometrajes unidos por un hilo conceptual; si no fuera por su espectacularidad ostensible, podría pensarse en 'sketches' televisivos simulados como cine".
Coincidiendo con otros detractores, Koza apuntó que "el trazo con el que Szifrón pinta a todos sus personajes es sociológicamente demasiado grueso, y la grosería gratuita asoma sin escrúpulos".
Con o sin flores, "Relatos Salvajes", se encamina a batir récord en Argentina, donde está a punto de superar a "Metegol", el filme de animación de Juan José Campanella, de 2013, vista por casi tres millones de personas.
Pero el hito lo sigue detentando "Nazareno Cruz y el Lobo" (1975), de Leonardo Favio, vista por 3,6 millones de personas cuando el séptimo arte se disfrutaba en salas con miles de butacas y permanecían en cartelera varios meses sin la presión de que superproducciones de Hollywood arrebataran sus pantallas locales.