La ofensiva turca en Siria se estanca en el bastión yihadista de Al Bab
AFP (Agencia France-Presse)
Estambul, Turquía. - Turquía, que intenta tomar la ciudad siria de Al Bab en manos de los yihadistas del Estado Islámico (EI) al precio de importantes pérdidas, se enfrenta al mayor desafío de su intervención militar en Siria.
La ambiciosa operación "Escudo del Eufrates", que busca dar apoyo a los rebeldes sirios, comenzó rápidamente y con mucho ruido a fines de agosto cuando se desalojó a los yihadistas de EI de diferentes localidades del norte de Siria, entre ella Jarablus.
Al menos 48 soldados turcos murieron en esta operación, la mayoría en la batalla iniciada el 10 de diciembre para recuperar la ciudad de Al Bab, según un registro de AFP.
El presidente Recep Tayyip Erdogan aseguró el viernes que Turquía "terminará su trabajo" en Al Bab, precisando que no sería necesario luego avanzar aún más sus posiciones en territorio sirio.
Ankara, que se queja regularmente de la falta de apoyo de sus aliados de la OTAN, tiene desde hace poco el respaldo de su nuevo aliado: Rusia.
Pero las segundas Fuerzas Armadas más importantes de la OTAN deben hacer frente a esta operación en Siria con una estructura de mando debilitada por las purgas de Erdogan tras el golpe de Estado fallido del 15 de julio.
Tras el golpe fallido unos 6.000 militares fueron detenidos, así como unos 168 generales, casi la mitad del mando de las fuerzas.
Y la purga no terminó. La semana pasada, varios militares citados por la justicia no pudieron comparecer en los tribunales ya que se encontraban en el frente, en Al Bab.
"Los rebeldes con los que combate Turquía están mal entrenados y se mostraron, durante años, incapaces de conquistar o preservar territorio", afirmó Aaron Stein, del centro Rafic Hariri para Medio Oriente, lamentando la "falta de recursos" de la operación lanzada por Ankara.
Jarablus se encuentra muy cerca de la frontera turca, pero Al Bab está a 25 km, por lo que es lógicamente más complicado tomarla.
Faruk Logoglu, ex embajador turco en Estados Unidos, afirmó que el problema de la campaña turca radica en "la falta de objetivos finales y de estrategia de repliegue".
"El objetivo anunciado es superior a lo que se puede lograr", explicó a la AFP. "El lodazal sirio amenaza con arrastrar aún más a Turquía" en el conflicto.
En diciembre, EI afirmó haber quemado vivos a dos soldados turcos, lo que nunca fue confirmado por Ankara. En cambio, los cuerpos de dos soldados turcos secuestrados por los yihadistas fueron repatriados a Turquía en enero.
"Ankara lanzó su operación para tomar Al Bab sin asegurarse una cooperación concreta con Estados Unidos. Esta vez Turquía avanza sola", explicó a la AFP Soner Cagaptay, analista del Washington Institute.
"Esto atrasó naturalmente la operación. Es por ello que Ankara se aseguró el apoyo aéreo ruso", aseguró.
En noviembre, el Pentágono había afirmado que la coalición internacional que lidera Estados Unidos no apoyaba la operación en Al Bab porque fue decidida "independientemente" por Turquía.
Esto llevó a Ankara a mirar hacia Moscú, aunque las dos potencias apoyen a dos partes opuestas del conflicto sirio.
Turquía y Rusia negociaron un alto el fuego en Siria, que entró en vigor el 30 de diciembre, e intensificaron su cooperación desde entonces, en particular en Astana.
El 12 de enero Ankara y Moscú firmaron un acuerdo que especificó los mecanismos para "coordinar" los bombardeos contra los "objetivos terroristas" y lanzaron seis días después bombardeos contra EI en Al Bab.
También en enero la coalición liderada por Washington llevó a cabo cuatro bombardeos cerca de Al Bab. Turquía espera ahora una cooperación reforzada con la nueva administración estadounidense.
Al intervenir en Siria, Turquía quiere impedir que en su frontera se instale una región controlada por las milicias kurdas apoyadas por Estados Unidos.
Los últimos bombardeos turcos en Al Bab el jueves dejaron al menos 10 civiles muertos, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una situación que, denuncia la ONG, se repite con la intervención militar de Ankara.
Al menos 48 soldados turcos murieron en esta operación, la mayoría en la batalla iniciada el 10 de diciembre para recuperar la ciudad de Al Bab, según un registro de AFP.
El presidente Recep Tayyip Erdogan aseguró el viernes que Turquía "terminará su trabajo" en Al Bab, precisando que no sería necesario luego avanzar aún más sus posiciones en territorio sirio.
Ankara, que se queja regularmente de la falta de apoyo de sus aliados de la OTAN, tiene desde hace poco el respaldo de su nuevo aliado: Rusia.
Pero las segundas Fuerzas Armadas más importantes de la OTAN deben hacer frente a esta operación en Siria con una estructura de mando debilitada por las purgas de Erdogan tras el golpe de Estado fallido del 15 de julio.
Tras el golpe fallido unos 6.000 militares fueron detenidos, así como unos 168 generales, casi la mitad del mando de las fuerzas.
Y la purga no terminó. La semana pasada, varios militares citados por la justicia no pudieron comparecer en los tribunales ya que se encontraban en el frente, en Al Bab.
"Los rebeldes con los que combate Turquía están mal entrenados y se mostraron, durante años, incapaces de conquistar o preservar territorio", afirmó Aaron Stein, del centro Rafic Hariri para Medio Oriente, lamentando la "falta de recursos" de la operación lanzada por Ankara.
- 'Lodazal sirio' -
Jarablus se encuentra muy cerca de la frontera turca, pero Al Bab está a 25 km, por lo que es lógicamente más complicado tomarla.
Faruk Logoglu, ex embajador turco en Estados Unidos, afirmó que el problema de la campaña turca radica en "la falta de objetivos finales y de estrategia de repliegue".
"El objetivo anunciado es superior a lo que se puede lograr", explicó a la AFP. "El lodazal sirio amenaza con arrastrar aún más a Turquía" en el conflicto.
En diciembre, EI afirmó haber quemado vivos a dos soldados turcos, lo que nunca fue confirmado por Ankara. En cambio, los cuerpos de dos soldados turcos secuestrados por los yihadistas fueron repatriados a Turquía en enero.
"Ankara lanzó su operación para tomar Al Bab sin asegurarse una cooperación concreta con Estados Unidos. Esta vez Turquía avanza sola", explicó a la AFP Soner Cagaptay, analista del Washington Institute.
"Esto atrasó naturalmente la operación. Es por ello que Ankara se aseguró el apoyo aéreo ruso", aseguró.
En noviembre, el Pentágono había afirmado que la coalición internacional que lidera Estados Unidos no apoyaba la operación en Al Bab porque fue decidida "independientemente" por Turquía.
Esto llevó a Ankara a mirar hacia Moscú, aunque las dos potencias apoyen a dos partes opuestas del conflicto sirio.
Turquía y Rusia negociaron un alto el fuego en Siria, que entró en vigor el 30 de diciembre, e intensificaron su cooperación desde entonces, en particular en Astana.
El 12 de enero Ankara y Moscú firmaron un acuerdo que especificó los mecanismos para "coordinar" los bombardeos contra los "objetivos terroristas" y lanzaron seis días después bombardeos contra EI en Al Bab.
También en enero la coalición liderada por Washington llevó a cabo cuatro bombardeos cerca de Al Bab. Turquía espera ahora una cooperación reforzada con la nueva administración estadounidense.
Al intervenir en Siria, Turquía quiere impedir que en su frontera se instale una región controlada por las milicias kurdas apoyadas por Estados Unidos.
Los últimos bombardeos turcos en Al Bab el jueves dejaron al menos 10 civiles muertos, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una situación que, denuncia la ONG, se repite con la intervención militar de Ankara.