En el portal, se leía originalmente que la próxima edición del Giro comenzaría en "Jerusalén Occidental", lo que provocó una airada reacción de las autoridades israelíes.
Tanto la ministra de Deportes, Miri Regev, como el ministro de Turismo, Yariv Levin, mostraron su enojo con los organizadores y amenazaron con no patrocinar el evento si no se modificaba la frase en la página oficial de la carrera. Poco tiempo después, en la portada de inicio solo se leía "Jerusalén".
"En Jerusalén, la capital de Israel, no hay Oriente y Occidente", escribieron ambos ministros en un comunicado conjunto. "Solo hay una Jerusalén indivisible".
Los organizadores aclararon que se trató de un error e informaron que lo habían corregido: "Esa frase particular, desprovista de cualquier valor político, ha sido eliminada de cualquier material relacionado con el Giro d'Italia".
La carrera por etapas, una de las tres grandes vueltas ciclísticas del mundo junto con el Tour de France y la Vuelta a España, está programada para comenzar el 4 de mayo de 2018 con una prueba contrarreloj de 9,5 kilómetros en Jerusalén, en la que será la primera edición en la que parte de la competencia se desarrolle fuera de Europa. 
Las siguientes dos etapas también se llevarán a cabo en Israel y, a partir de la cuarta, los ciclistas llegarán a Italia. El trayecto completo de la carrera, presentado el miércoles en Milán, tiene ocho finales en montaña, incluyendo uno en el volcán Etna, y terminará en Roma.
Para llevar las tres etapas a Israel, el Gobierno le pagará a la organización unos 5,5 millones de dólares, según anunció una portavoz del Ministerio de Deportes.
La situación de Jerusalén es uno de los temas clave en el conflicto entre Israel y los palestinos. Israel conquistó Jerusalén Oriental en 1967 durante la Guerra de los Seis Días y luego la anexó a su territorio.
Por el contrario, las Naciones Unidas consideran que la ciudad está ocupada por Israel, mientras que los palestinos la reclaman como la capital de un futuro Estado de Palestina.