La última musa de Bukowski aún vela en la residencia del "fantasma"
AFP (Agence France-Presse)
LOS ÁNGELES, Romain Raynaldy, (AFP) - Linda Lee Bukowski, última esposa y musa del niño terrible de la literatura estadounidense, aún vive en la residencia que compartía con su ilustre marido, donde su "fantasma" y "olor" aún moran en la casa que permanece igual desde la muerte del escritor.
Bukowski
Sentada en un banco de la biblioteca del museo, esta mujer menuda y sonriente, de voz grave y cálida, comparte sus recuerdos junto a uno de los grandes de la literatura estadounidense del siglo XX.
"Para mí esta exposición es muy personal, y es el resultado de muchos años", dice. "Estoy muy contenta, pero también muy nerviosa pues no estoy acostumbrada a hablar como ahora. Soy todo menos una persona pública", agrega.
"A Hank tampoco le gustaba esto. Era un hombre tímido, individualista y hogareño. Es por eso que bebía tanto: para él era muy difícil enfrentar la vida social, era una pérdida de tiempo", dice Linda Lee.
"El prefería estar frente a su máquina de escribir o cenar en lo de Musso y Frank", un restaurante histórico de Los Angeles, ubicado en el Hollywood Boulevard.
Bukowski, que vivió en Los Angeles casi toda su vida, conoció la gloria tarde tras una infancia difícil y luego de trabajar durante 14 años en el correo estadounidense.
Escribió poemas y novelas toda su vida pero no empezó a vivir de su arte hasta los 46 años, cuando el editor de Black Sparrow Press le propuso 100 dólares por mes para que se dedicara por entero a la escritura.
"El no hablaba nunca de su trabajo, pensaba que eso traía mala suerte", dice Linda Lee. "A veces, llegaba con un poema en plena noche. Bebía un vaso y me lo leía. Pero eso pasaba solo una vez al año. En general no le mostraba nada a nadie, enviaba todo directamente al editor", agrega.
Bukowski tuvo muchas mujeres a lo largo de su vida y se inspiraba en sus múltiples experiencias para escribir, con ese estilo "crudo, simple y fácil" que a él le gustaba. Su viuda reconoce que descubrir su vida íntima en una novela o un poema era a veces "muy molesto. Pero así era vivir con un escritor".
"Siempre escribía de la gente con la que vivía, su entorno, su familia, sus amigos. Yo sabía que un día u otro me encontraría en sus obras. Pero no lo busqué", dice.
Linda Lee asegura que sólo la escritura podía reencontrarlos.
"Eramos muy diferentes, él era de California, yo era de la costa este, teníamos pasados muy distintos. Pero teníamos el mismo sentido del humor y el mismo mundo interior", subraya.
Linda Lee vive todavía en la casa costera que compartieron en San Pedro, balneario al sur de Los Angeles.
"Es realmente como si viviera con un fantasma", suspira. "La casa está idéntica. Yo no cambié nada, su escritorio está exactamente igual (que cuando él murió), con las prendas tiradas".
"Es como vivir en un museo, pues está todo, menos él", dice Linda Lee y agrega que "también es muy triste, lloro todos los días. En la noche, entro en su escritorio y a veces, sabes, todavía huelo el olor de Hank".