AFP (Agencia France-Presse)
VIENA. - Las negociaciones entre las grandes potencias e Irán sobre los límites del programa nuclear iraní entraron este miércoles en su fase más difícil, tras los avances logrados sobre el controvertido reactor de agua pesada de Arak.
Tras meses de discusiones y de algunos avances, Teherán y el grupo 5+1 (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) comienzan a redactar el texto de un acuerdo definitivo.
El objetivo, después de 10 años de tensión, es que Irán convenza definitivamente al resto del mundo sobre el carácter pacífico de su programa atómico, para que se levanten las sanciones internacionales que están ahogando su economía.
Sin embargo, el ministro de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, advirtió a su llegada a la reunión que "la redacción del texto del acuerdo necesitará mucho esfuerzo".
El jefe de la diplomacia había destacado el martes que el texto final debía prever "el levantamiento de todas las sanciones".
Una alta responsable estadounidense habló, por su parte, de un proceso "muy, muy difícil", en el que quedan por cerrar "diferencias significativas". El optimismo reinante "es desproporcionado" con respecto a la realidad, añadió.
- Acuerdo sobre el reactor de Arak -
Zarif y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, en representación del 5+1, dirigirán personalmente la mayoría de las reuniones hasta el viernes.
Las negociaciones, iniciadas el martes en Viena, consiguieron avanzar en algunos puntos conflictivos como el reactor de agua pesada de Arak.
Esta instalación, situada a 240 kilómetros al suroeste de Teherán, podría proporcionar teóricamente a Irán una alternativa al uranio enriquecido con el objetivo de obtener la bomba atómica.
Teherán afirma que el reactor sólo sirve para la investigación, en especial, médica. Frente al escepticismo de las grandes potencias, el país propuso modificar la concepción del reactor con el objetivo de limitar el plutonio producido.
"Los puntos más maduros del orden del día son Arak y la transparencia", declaró a su llegada a Viena el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, quien avanzó que los primeros resultados de las negociaciones podrían obtenerse el viernes.
Los expertos técnicos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) han constatado que Teherán está respetando al pie de la letra los compromisos que adquirió el pasado noviembre en una reunión en Ginebra, que acabó con una década de desacuerdos y permitió comenzar las presentes conversaciones.
Esta agencia especializada de la ONU informó el 17 de abril que Irán había reducido en un 75% sus depósitos de uranio enriquecido a 20%.
Uno de los temas más delicados aún por discutir es la capacidad de enriquecimiento de uranio de la que seguirá disponiendo Teherán después de un acuerdo, indicó a la AFP el experto estadounidense Kelsey Davenport, de la Arms Control Association.
Las centrifugadores rápidas de nueva generación, cuyo número quieren precisar las diferentes partes, determinarán el tiempo que necesitaría Irán para acumular el material necesario para confeccionar una bomba atómica.
Las grandes potencias también están preocupadas por los avances de Teherán en materia de misiles balísticos, que podrían llevar cargas nucleares.
Al término de las actuales conversaciones, los negociadores prevén tres rondas más de negociaciones antes del 20 de julio, si bien podrían prolongarse de común acuerdo.