Las negociaciones sobre programa nuclear iraní "muy cerca de la cumbre"
AFP (Agencia France-Presse)
Viena, Austria. - La confianza reinaba el domingo en Viena entre los negociadores del expediente nuclear iraní, a los que el presidente Hasan Rohani comparó con alpinistas concluyendo el ascenso de una cumbre.
"Estamos tan cerca que si lo miramos desde abajo tenemos la impresión de que ya hemos llegado, pero si estamos arriba vemos que aún quedan algunos pasos por dar", aseguró Rohani desde Teherán.
En la capital austriaca, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, también mostró su "optimismo", admitiendo, no obstante, que aún quedaban "unos pocos puntos" en suspenso.
La Unión Europea, Berlín y París, por su parte, emplearon términos como "fase decisiva" o "fase final" para definir el estado de las negociaciones.
Desde hace quince días, el grupo 5+1 (los Estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia- y Alemania) intenta cerrar con Irán un acuerdo que garantice el carácter civil del programa nuclear de Teherán, a cambio de un alivio de las duras sanciones internacionales que padece el país.
Sonriente desde el balcón del palacio Coburg donde tienen lugar las negociaciones, el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, confirmó que "quedaba trabajo" por hacer en la jornada del lunes.
Para dedicarse de pleno a ello, su homólogo francés, Laurent Fabius, renunció a un desplazamiento a África, mientras que el británico Philip Hammond, que abandonó Viena el domingo por la tarde, debía regresar el lunes por la mañana.
Pese al optimismo reinante en la capital austriaca, los responsables iraníes y estadounidenses se apresuraron a descartar la idea de que un acuerdo final fuera inminente.
El diplomático iraní Alireza Miryusefi dijo en Twitter, citando a un alto responsable de Teherán, que lograr un pacto el domingo era "logísticamente imposible", ya que el texto en el que se trabajaba alcanzaba el centenar de páginas.
Y los precedentes incitan a la prudencia: la fecha límite de las discusiones, inicialmente prevista para el 30 de junio, ha sido aplazada en tres ocasiones, esta última al lunes.
El sábado, una fuente dijo a la AFP que "un 98% del texto está listo, quedan por rellenar algunos pequeños entrecomillados y sobre todo dos o tres cuestiones importantes".
Lo que más tiempo lleva es la "relectura" del texto, confió a la AFP un diplomático iraní. "A veces, un país pide que se cambie una palabra, lo que provoca horas de discusiones porque el sentido (de la frase) puede cambiar completamente", señaló.
Sobre la República Islámica recaen sospechas de que desarrolló hasta 2003, y puede que más tarde, un programa nuclear militar haciéndolo pasar por civil, algo que siempre ha negado.
Desde 2006, Estados Unidos, la UE y la ONU adoptaron contra Teherán sanciones que asfixian la economía de este país con 77 millones de habitantes.
En 2013, las dos partes iniciaron unas negociaciones serias para encontrar una solución concertada y fue en abril de 2015 cuando se pusieron de acuerdo en Lausana (Suiza) sobre las grandes líneas de un texto, que incluía la disminución del número de centrifugadoras y de las reservas de uranio enriquecido de Teherán.
Entre los puntos de desacuerdo se encuentra el levantamiento de las restricciones sobre las armas, que Teherán, apoyado por Moscú, exige que sea inmediato. Los occidentales consideran delicada esta demanda por la implicación iraní en varios conflictos, sobre todo en Siria, Irak o Yemen.
Otro punto de desacuerdo: el ritmo de la suspensión de las sanciones. Los iraníes quieren un compromiso inmediato de sus interlocutores, pero estos contemplan un levantamiento gradual y la posibilidad de dar marcha atrás en caso de violación del acuerdo.
El grupo 5+1 exige también que se dé acceso a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) "en caso necesario", punto rechazado por Teherán
Finalmente los dos bandos negociadores difieren sobre la duración de las cláusulas impuestas a Irán.
Si se logra un acuerdo en Viena, las relaciones de la República Islámica con la comunidad internacional podrían comenzar a normalizarse, una situación a la que se resisten las potencias sunitas de Medio Oriente y también Israel, cuyo primer ministro Benjamin Netanayahu reiteró este domingo su oposición a las negociaciones.
Un eventual acuerdo será "muy difícil" de vender también al Congreso americano, predijo el domingo el senador Mitch McConnell, jefe de la mayoría republicana que controla la cámara.
En la capital austriaca, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, también mostró su "optimismo", admitiendo, no obstante, que aún quedaban "unos pocos puntos" en suspenso.
La Unión Europea, Berlín y París, por su parte, emplearon términos como "fase decisiva" o "fase final" para definir el estado de las negociaciones.
Desde hace quince días, el grupo 5+1 (los Estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia- y Alemania) intenta cerrar con Irán un acuerdo que garantice el carácter civil del programa nuclear de Teherán, a cambio de un alivio de las duras sanciones internacionales que padece el país.
Sonriente desde el balcón del palacio Coburg donde tienen lugar las negociaciones, el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, confirmó que "quedaba trabajo" por hacer en la jornada del lunes.
Para dedicarse de pleno a ello, su homólogo francés, Laurent Fabius, renunció a un desplazamiento a África, mientras que el británico Philip Hammond, que abandonó Viena el domingo por la tarde, debía regresar el lunes por la mañana.
Pese al optimismo reinante en la capital austriaca, los responsables iraníes y estadounidenses se apresuraron a descartar la idea de que un acuerdo final fuera inminente.
El diplomático iraní Alireza Miryusefi dijo en Twitter, citando a un alto responsable de Teherán, que lograr un pacto el domingo era "logísticamente imposible", ya que el texto en el que se trabajaba alcanzaba el centenar de páginas.
Y los precedentes incitan a la prudencia: la fecha límite de las discusiones, inicialmente prevista para el 30 de junio, ha sido aplazada en tres ocasiones, esta última al lunes.
El sábado, una fuente dijo a la AFP que "un 98% del texto está listo, quedan por rellenar algunos pequeños entrecomillados y sobre todo dos o tres cuestiones importantes".
Lo que más tiempo lleva es la "relectura" del texto, confió a la AFP un diplomático iraní. "A veces, un país pide que se cambie una palabra, lo que provoca horas de discusiones porque el sentido (de la frase) puede cambiar completamente", señaló.
- Programa nuclear militar -
Sobre la República Islámica recaen sospechas de que desarrolló hasta 2003, y puede que más tarde, un programa nuclear militar haciéndolo pasar por civil, algo que siempre ha negado.
Desde 2006, Estados Unidos, la UE y la ONU adoptaron contra Teherán sanciones que asfixian la economía de este país con 77 millones de habitantes.
En 2013, las dos partes iniciaron unas negociaciones serias para encontrar una solución concertada y fue en abril de 2015 cuando se pusieron de acuerdo en Lausana (Suiza) sobre las grandes líneas de un texto, que incluía la disminución del número de centrifugadoras y de las reservas de uranio enriquecido de Teherán.
Entre los puntos de desacuerdo se encuentra el levantamiento de las restricciones sobre las armas, que Teherán, apoyado por Moscú, exige que sea inmediato. Los occidentales consideran delicada esta demanda por la implicación iraní en varios conflictos, sobre todo en Siria, Irak o Yemen.
Otro punto de desacuerdo: el ritmo de la suspensión de las sanciones. Los iraníes quieren un compromiso inmediato de sus interlocutores, pero estos contemplan un levantamiento gradual y la posibilidad de dar marcha atrás en caso de violación del acuerdo.
El grupo 5+1 exige también que se dé acceso a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) "en caso necesario", punto rechazado por Teherán
Finalmente los dos bandos negociadores difieren sobre la duración de las cláusulas impuestas a Irán.
Si se logra un acuerdo en Viena, las relaciones de la República Islámica con la comunidad internacional podrían comenzar a normalizarse, una situación a la que se resisten las potencias sunitas de Medio Oriente y también Israel, cuyo primer ministro Benjamin Netanayahu reiteró este domingo su oposición a las negociaciones.
Un eventual acuerdo será "muy difícil" de vender también al Congreso americano, predijo el domingo el senador Mitch McConnell, jefe de la mayoría republicana que controla la cámara.