"Las razones del corazón", una "Madame Bovary" construida con recuerdos

AFP (Agencia France-Presse)

SAN SEBASTIÁN. - El veterano director mexicano Arturo Ripstein gustó este viernes al Festival Internacional de San Sebastián con "Las razones del corazón", una libre adaptación de "Madame Bovary", construida a base de recuerdos de la lectura de este clásico de Gustave Flaubert.

Imagen de Las razones del corazón.
Imagen de Las razones del corazón.
Una vez que Ripstein había decidido lanzarse al proyecto, habló con su guionista Paz Alicia Garcíadiego y "lo único que le dije a Paz fue no la leas de nuevo, recuérdala y lo que te parezca importante de la novela es lo que vamos a hacer y acabamos haciendo los últimos días de Madame Bovary".
En "Las razones del corazón", la nueva Madame Bovary toma el cuerpo de Emilia, interpretada por la actriz Aracelia Ramírez, una mujer casada y obsesionada por uno de sus vecinos, un joven músico que interpreta el cubano Vladimir Cruz, en el México actual.
Llevada hasta el extremo por su pasión, cuando su amante la abandone, Emilia sentirá que ya no tiene ninguna razón para vivir descuidando todo y a todos a su alrededor.
"Me dije: voy a tratar de hacer una Madame Bovary, donde la haga no sólo actual, sino entrañable, enfrentarla a la ansiedad de una mujer común y corriente de todos los días, sin romanticismo, sólo con carencias, solamente con frustración", explicó Garcíadiego.
Emilia es víctima de "una locura enfermiza, más que ser una locura con respecto al cubano es con cualquier cosa que la saque de su vida cotidiana", dice Garcíadiego, que conscientemente situó la acción de la película en un edificio con el fin de dar un ambiente de opresión: "desde el principio está pensado que no va a pisar la calle".
Garcíadiego reconoció que también hubo razones presupuestarias para situar la acción en un único edificio.
El ambiente claustrofóbico queda remarcado por el blanco y negro en que se rodó la película, muy bien acogida por el público en San Sebastián y con la que Ripstein aspira a lograr su tercera Concha de Oro, máximo galardón del certamen tras obtenerla en 1993 con "Principio y fin" y en 2000 con "La perdición de los hombres".
"El blanco y negro es con el que yo aprendí a amar el cine y me parecía hermosísimo", dijo Risptein, asegurando que "en blanco y negro yo he querido hacer absolutamente todas mis películas, normalmente mis productores no me dejan en esta ocasión sí".
La falta de color realza también el aspecto teatral y melodramático de la película de algo más de dos horas, durante la cual la escasez de escenarios permitió a la guionista un mayor trabajo de los diálogos.
"Al estar confinada dentro del apartamento, entendí que los diálogos podían tener alas más grandes. Cuanto más cerrados estemos, los diálogos pueden crecer y multiplicarse, entonces me di el lujo de explayarme con ellos", explicó Garcíadiego, habitual guionista del director.
Los diálogos y los actores sostienen toda la acción con un recurso mínimo a la música.
"Nunca he entendido el acompañamiento de imágenes a la música, siempre he querido que haya muy poca música porque suele ocurrir que se convierte en un elemento de bastardía, la música te lleva de las narices a cómo te tienes que sentir, si hay susto o no hay susto...", explicó Ripstein, quien se declaró "analfabeto musical".
"En las películas yo confío en el guión, en la foto y en los actores", concluyó el director mexicano que confesó guardar en su estudio los premios logrados en San Sebastián, entre los que figura también un premio especial del jurado por "El lugar sin límites", conseguidos en el certamen donostiarra de 1978.
La 59ª edición del Festival finaliza la noche del sábado después que "Las razones del corazón" haya sido la última película a concurso, aunque el sábado se podrá ver dentro de la sección oficial fuera de competición la francesa "Intouchables" de Eric Toledano y Olivier Nakache, que será la encargada de clausurar el certamen.
 


Nuevo comentario: