Varias regiones con importante población sunita registraron protestas en las que los manifestantes quemaron neumáticos y bloquearon carreteras, expresando su ira por el probable nombramiento de Nayib Mikati para reemplazar a Hariri.
"La sangre sunita hierve" y "Hezbolá, partido del diablo", gritaban los manifestantes en la ciudad portuaria de Trípoli (norte), ciudad natal de Mikati y principal bastión sunita de Líbano.
Por su parte, la formación de Hariri acusó al poderoso partido chiita armado Hezbolá de llevar a cabo un "golpe de Estado" y llamó a los líbaneses a "rechazar la tutela persa" en referencia a Irán, principal respaldo del movimiento chiita.
"Tras el golpe de Estado destinado a permitir al Hezbolá ejercer su tutela sobre la República Libanesa (...) llamamos a los habitantes (...) de todo Líbano a expresar su cólera y su rechazo a la tutela persa mediante manifestaciones populares pacíficas", anunció a la prensa un miembro del consejo político de la formación de Hariri, Mustafá Alush.