Libia: 100 días después de iniciados los bombardeos, el conflicto se estanca
AFP (Agencia France-Presse)
BENGASI. - Cien días después del inicio de los bombardeos en Libia de países de la OTAN para ayudar a los rebeldes -que controlan el este del país y en el oeste tienen como objetivo llegar a Trípoli-, Muamar Gadafi sigue en el poder y el conflicto parece estancarse.
Rebeldes libios en Dafnia, al oeste de Misrata, en Libia.
La OTAN, que el 31 de marzo tomó el mando de las operaciones y bombardea diariamente medio centenar de objetivos, está así a punto de llegar a su 5.000ª salida.
Los objetivos se hallan en su mayoría en Trípoli o en los alrededores de la capital, que sigue en manos del coronel Gadafi, así como las regiones de Misrata (200 km al este de Trípoli) y Brega (800 km al este de Trípoli), y las montañas de Nafusa, al sur de la capital.
Así, en esta guerra librada en múltiples frentes, cada uno de los dos campos sólo puede reivindicar un número limitado de victorias incuestionables.
La alianza occidental consiguió al principio varios éxitos al expulsar a las tropas de Gadafi a buena distancia de Bengasi - el feudo de la oposición en el Este - y de Misrata. Sin embargo, no ha logrado después inclinar la balanza de forma definitiva en favor de los rebeldes.
La situación actual está estancada, con los insurgentes conservando sus posiciones alrededor de Misrata y de Ajdabiya, cerca de Brega.
"Todo ha estado tranquilo hoy", relataba el domingo por la noche, en la víspera del centésimo día de intervención occidental, un rebelde basado en Ajbadiya, Musa Maghrebi. "Las tropas se mantienen en sus posiciones", explicó.
Solamente en las montañas de Nafusa las fuerzas insurgentes, integradas por elementos irregulares y desertores de las unidades gubernamentales, preparan el terreno con cierta eficacia en su progresión hacia Trípoli.
Según el corresponsal de la AFP en ese lugar, los rebeldes se hallaban el lunes a unos 50 km de la capital, tras haber tomado el domingo una pequeña colina a 15 km del sitio estratégico de Bir Al Ghanam.
Pese a los limitados éxitos de la OTAN en su labor de neutralizar a las tropas de Gadafi, la mayoría de los libios del Este sigue apoyando con firmeza las acciones de la Alianza.
Musa Mbarak Al Okaili, de 46 años - cuyo hermano murió hace 100 días defendiendo Bengasi, cuando fue derribado su avión MiG-23 por las fuerzas leales al dirigente libio-, reconoce que la OTAN contribuyó a evitar una matanza.
"Si no hubiera estado la OTAN, o si no fuera por gente como mi hermano, el ejército de Gadafi ya habría entrado en Bengasi", afirma, sentado cerca de la casa familiar.
Pocos son los habitantes quienes dudan de la magnitud que habría adquirido entonces esa matanza, en caso de una no intervención de la OTAN.
Este es un argumento que utiliza la Alianza Atlántica, para hacer frente al creciente malestar de algunos de sus miembros debido a la duración del conflicto. Y, sobre todo, cuando países como Italia proponen la idea de un alto el fuego.
"Hace tres meses, Bengasi estaba amenazada y Misrata se hallaba asediada y miren ahora, en comparación, cuál es la situación", afirma al respecto Oana Lungescu, una portavoz de la OTAN.