AFP (Agencia France-Presse)
Brasilia, Brasil. - Los brasileños optaron por la política tradicional al votar el domingo mayoritariamente por la presidenta Dilma Rousseff y el socialdemócrata Aecio Neves, que disputarán un imprevisible balotaje en tres semanas, dejando de lado la tercera vía de la ecologista Marina Silva.
La gran sorpresa no fue solo la entrada al balotaje del exsenador Neves, el candidato preferido de los mercados, sino también la fuerza con la que desbancó a la ecologista, que los sondeos mostraron durante semanas como la próxima rival de Rousseff el 26 de octubre.
Aecio Neves, que un mes atrás parecía condenado al fracaso ante el dominio de Silva y Rousseff en las encuestas, "renació de las cenizas y ha sorprendido con una votación mucho mejor de lo que se esperaba. Eso lo hace llegar con mucha fuerza al segundo turno, que será disputado voto a voto", afirmó a la AFP el analista André César, de la consultora Prospectiva.
La exguerrillera y delfina del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, Dilma Rousseff, de 66 años, conquistó 41,6% de los votos el domingo, contra 33,6% de Neves, de 54 años y dos veces gobernador del estado de Minas Gerais (tercer colegio electoral del país, sureste).
La popular exministra de Medio Ambiente Marina Silva, que hace un mes alcanzó a Rousseff en las encuestas, consiguió 21,3%.
"El elector brasileño quiso votar por lo conocido. Los partidos tradicionales se impusieron", dijo David Fleischer, de la Universidad de Brasilia, a la AFP.
En los últimos 20 años, las presidenciales brasileñas han sido siempre una disputa entre el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), en el poder desde 2003 con Lula, y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), que gobernó entre 1995 y 2002 con el presidente Fernando Henrique Cardoso.
- A la caza de votos de Marina -
Las expectativas se concentran ahora en los 22 millones de votos de Silva.
"La transferencia de votos de Marina Silva será determinante. Si sus electores eligen a Aecio Neves, estará en condiciones de poner a su favor este segundo turno", expresó Daniel Barcelos Vargas, analista de la Fundación Getulio Vargas.
Silva y Neves, que se dividieron los votos de los brasileños que quieren poner fin a 12 años de gobierno del PT, sumaron el domingo cerca de 55%. Las encuestas indican que, a pesar de la histórica vinculación de Marina Silva con el PT, del que fue militante por casi 30 años, el 60% de sus votos irían para Neves.
- Pro y anti-PT -
Una encuesta del Instituto Ibope indicó esta semana que 39% de los brasileños votan fielmente por el PT, mientras 33% están en contra.
"Existe un deseo de cambio, de personas descontentas con el deterioro de la economía, especialmente en las clases más altas, pero también tiene mucha fuerza entre el electorado la defensa de las conquistas del PT, no los cuatro años de Rousseff, sino los 12 cuando hubo crecimiento económico, elevación del salario mínimo y programas sociales", expresó Joao Augusto de Castro Neves, de Eurasia Group, para quien Rousseff sigue siendo favorita.
"A la presidenta le favorecen las poderosas estructuras del PT y de la administración pública, y una amplia alianza de partidos, pero tiene en contra una economía cayéndose a pedazos y sin perspectivas de mejora", en su cuarto año de bajo crecimiento que será cercano a cero en 2014, opinó César.
Para el experto, "Neves parte con mucha fuerza, con un partido estructurado y una militancia muy animada con este resultado, pero tendrá que conquistar a los indecisos, el apoyo de Silva, y combatir el miedo de muchos brasileños a un cambio que les quite beneficios sociales".
André Perfeito, economista jefe de Gradual Investimentos, advirtió que si bien el exsenador viene con un buen impulso de última hora, Rousseff "es una figura que todavía encuentra fuerte apoyo popular".
Las elecciones también mostraron un Congreso todavía dominado por la coalición de diez partidos que apoyan a Rousseff, aunque el PT perdió 18 diputados en su peor resultado desde que llegó al poder en 2002.
El PT es, no obstante, la primera fuerza en la Cámara baja, con 70 de los 513 diputados, seguido por su gran aliado, el Partido de Movimiento Democrático (PMDB), con 66 (cinco menos que los obtenidos en 2010).
El PSDB de Neves consiguió 54 diputados, y los socialistas de Silva 34. Ambos partidos aumentaron su representación en diez escaños cada uno.
La gobernabilidad dependerá en gran parte del poderoso PMDB, que por ahora apoya a Rousseff, pero siempre pactó con los gobiernos de turno, a cambio de cargos de poder.