AFP (Agencia France-Presse)
LAGOS. - Los cristianos del nordeste de Nigeria pagan un alto precio con la insurrección islamista de Boko Haram, pero el conflicto no va dirigido específicamente contra ellos aunque los insurgentes hayan proclamado un "califato islámico".
Desde hace varias semanas, los combatientes islamistas se han apoderado de extensos territorios en tres estados de mayoría musulmana: Borno, su bastión, Yobe y Adamawa, y varios testigos los acusan de cometer atrocidades contra los cristianos.
"Varios cristianos fueron golpeados y decapitados, las mujeres obligadas a convertirse al islam y casadas con terroristas" en Madagali, una ciudad de mayoría cristiana del estado de Adamawa tomada a finales de agosto por Boko Haram, afirmó el sacerdote Gideon Obasogie, portavoz de la diócesis de Maiduguri, la capital de Borno.
Muchos otros habitantes afirman que Boko Haram incendió iglesias, escuelas y edificios religiosos cristianos en los últimos años.
En un vídeo difundido en agosto, Abubakar Shekau, jefe del movimiento, declaró un "califato islámico" en la ciudad de Gwoza, en el estado de Borno, lo que hace temer un aumento de la violencia contra las comunidades cristianas.
"Tanto los cristianos como los musulmanes son víctimas del conflicto, puesto que una bomba no distingue", matiza el obispo de Maiduguri, Oliver Dashe, en una entrevista a la AFP.
"Sin embargo en las últimas oleadas de ataques, se ve claramente que los cristianos son los más afectados", añade.
Según él, hay un "éxodo masivo de cristianos de las zonas afectadas", donde "más de 90.000 católicos han sido desplazados".
- 'Enclave atrincherado' -
Según la ONU, al menos 650.000 personas tuvieron que huir de sus hogares debido a la insurrección de Boko Haram, pero también a la violenta represión de las fuerzas de seguridad, denunciada por defensores de los derechos humanos y ONG como Amnistía Internacional.
Desde que en 2009 comenzó esta insurrección en el país más poblado de África, más de 10.000 personas han muerto, según las autoridades, aunque no es posible verificar este balance con fuentes independientes.
Sin embargo, el investigador Marc-Antoine Pérouse de Montclos, especialista en Nigeria, dice que no se trata de un conflicto "interreligioso".
"Es ante todo una guerra entre musulmanes, una insurrección de islamistas contra lo que consideran malos musulmanes", estima.
"Boko Haram existe desde hace 15 años, y ataca a los cristianos desde hace cuatro o cinco años, pero la mayoría de las víctimas son musulmanes", aclara.
Estos fundamentalistas islámicos suelen tomar como blanco a los dignatarios musulmanes, a los que acusan de traicionar la religión sometiéndose a la autoridad del gobierno nigeriano.
En Gamboru Ngala, una ciudad del estado de Borno fronteriza con Camerún, los islamistas ejecutaron al principal líder musulmán local.
El emir de Gwoza murió en mayo en un ataque a su convoy. Boko Haram incluso intentó asesinar a dos de los jefes religiosos más influyentes de Nigeria, el emir de Kano y el shehu de Borno. El sultán de Sokoto también fue amenazado.
"La agenda de Boko Haram no ha cambiado desde sus comienzos en 2002", explica Pérouse de Montclos. "La insurrección tiene como objetivo establecer un califato donde se aplique la sharia, un enclave atrincherado frente a un mundo musulmán corrupto".