"Los recortes en la educación y la sanidad es lo último que podemos aguantar, la clase trabajadora. ¿Sin eso qué nos queda? Si no tenemos ni trabajo", se indigna Domingo Zamora, de 60 años, empleado del sector público.
"Nos estan apretando hasta asfixiarnos", condena Pilar Logales, de 60 años, empleada en una mutua de salud.
"Es criminal recortar la sanidad", "Pueblos de Europa, levantaos", "NO", podía leerse en las pancartas agitadas por los manifestantes bajo la lluvia.
La mayoría de los lemas iban acompañados por el dibujo de una tijera, símbolo de los recortes presupuestarios.
Un total de 55 ciudades españolas fueron movilizadas por una "plataforma social en defensa del estado de bienestar y los servicios públicos", a los que se sumaron los dos principales sindicatos españoles, CCOO y UGT.
En Madrid, varias decenas de miles de personas desfilaron por las calles, según los periodistas y 40.000 según los sindicatos.
En Barcelona, unos 700 manifestantes se concentraron, según la policía, y 4.000 según los sindicatos.
"Yo no encuentro trabajo y mis padres también sufren porque ambos trabajan en salud pública y lo que ellos consiguieron en más de 30 años de lucha, ahora en un mes se lo ha cargado Rajoy" (presidente del gobierno, ndr), lamenta Alba Sánchez, 30 años, licenciada en periodismo en busca de trabajo.
La movilización fue mucho menos importante, este domingo, en comparación con otras recientemente organizadas en España contra la austeridad, sobre todo el día de la huelga general, el 29 de marzo. Pero los sindicatos llamaron a la movilización para el primero de mayo.
"El gobierno cree que la gente lo va a olvidar. Pero la gente no va a olvidar, no vamos a olvidar los recortes, vamos a aparecer cada dia hasta que se corrija en profundidad", declaró el domingo en Madrid el secretario general de la UGT, Cándido Méndez.
Metido en una carrera hacia la reducción del déficit, el gobierno conservador español adoptó el 20 de abril un plan de austeridad que atañe a los sectores muy sensibles de la sanidad y la educación, gestionados en España por las 17 comunidades autónomas.
El país cuenta así con generar un total de 10.000 millones de euros en economías por año, siete mil millones de los cuales en sanidad y tres mil millones en educación.
Muy controvertida en España, la reforma sanitaria implica hacer pagar a los jubilados sus medicamentos, hasta ahora gratuitos, o limitar el acceso a la salud publica de los inmigrantes sin papeles.
En materia de educación, el gobierno autoriza a las regiones a subir los costos de inscripción a la universidad en un 50%, y que pasarán de 1.000 a 1.500 euros de promedio.
"Los hijos de los trabajadores no van a poder estudiar", lamenta Mari Cruz Domínguez, 54 años, que se manifestaba en Madrid.
"Muchas personas pueden no comprender en un determinado momento las decisiones que estamos tomando", reconoció el domingo Mariano Rajoy.
"Pero el problema es la crisis, el paro, la recesión, el desorden de las finanzas públicas. Hay que hacer cambios estructurales y tomar medidas integrales", se justificó.
España tiene doce meses para reducir más de tres puntos su déficit, de 8,51% a 5,3% del PIB, y ya anunció el presupuesto más austero de su historia, para recuperar 27.300 millones de euros.
El país, que volvió a caer en recesión, acaba de pulverizar un nuevo récord de desempleo, con 5.640.000 desempleados, es decir un activo sobre cuatro sin empleo.