Los líderes de la UE buscan endurecer su política de asilo
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Bruselas. - Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unión Europea (UE) discuten en la cumbre que comenzó hoy en Bruselas una estrategia sobre cómo proceder con los migrantes rescatados en el Mediterráneo, con propuestas que apuntan a un posible endurecimiento de su política de asilo.
Se debaten principalmente dos propuestas: por un lado, crear centros de refugiados en países norafricanos a los que serían enviadas las personas rescatadas en el mar. Quienes tengan derecho al asilo podrían ser repartidos desde allí entre los países de la UE. Aquellos que no cumplan las condiciones para recibir asilo serían devueltos a sus países de origen.
La segunda opción, propuesta por Francia y España, es crear en suelo europeo centros de migrantes cerrados a los que se trasladaría a los rescatados. En este caso se aplicaría la complicada normativa de asilo de la UE, algo que no ocurriría en el norte de África.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, defendió la idea de establecer centros de migrantes fuera de la UE y señaló que los líderes del bloque deberían buscar un acuerdo sobre la protección de las fronteras exteriores.
"Propongo que nos centremos en las fronteras exteriores de la UE, incluyendo el proyecto de plataformas de desembarco", declaró Tusk poco antes del inicio del encuentro.
Esta opción es apoyada, entre otros, por la canciller alemana, Angela Merkel, quien a su llegada a la capital belga exigió frenar la llamada "migración secundaria", es decir, cuando los inmigrantes solicitan asilo en un país diferente al que llegaron, y destacó como objetivo principal de la política migratoria la protección de las fronteras exteriores de la UE.
Para ello primero hay que mantener conversaciones directamente con los países norafricanos y tener en cuenta sus necesidades, aseguró la mandataria alemana.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, informó que en los últimos días habían trabajado conjuntamente con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en posibles modelos aunque no dio más detalles al respecto.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude-Juncker, instó a los estados miembros a actuar con contención a la hora de decidir sobre el establecimiento de centros de refugiados en el norte de África porque esto conduciría a un "neocolonialismo".
Antes de que empezara la reunión, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, exigió a sus socios comunitarios "hechos concretos" más que promesas de apoyo en el manejo del flujo migratorio. Además advirtió que si otros líderes de la UE rechazan las propuestas de Italia en materia de migración, no apoyará la declaración conjunta de la cumbre.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, fue más allá que sus socios comunitarios en su tajante rechazo a acoger refugiados. Es el momento de que los líderes de la UE reconstruyan la democracia europea y hagan "lo que la gente realmente quiere", dijo a su llegada a Bruselas. "Los ciudadanos exigen dos cosas: frenar el flujo migratorio y devolver a aquellos que ya están aquí", declaró.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron dejó claro antes de la reunión que quería luchar por alcanzar soluciones europeas a la política migratoria. Por ello su objetivo es trabajar conjuntamente en el marco de los acuerdos vigentes para modernizarlos, guiado por los principios de responsabilidad y solidaridad.
La disputa migratoria se reactivó en las últimas semanas, después de que Italia comenzase a negar la entrada a sus puertos a barcos de ONG que rescatan a migrantes en el Mediterráneo. Lo hizo primero con el "Aquarius", que finalmente fue recibido en España, y después con el "Lifeline", que el miércoles llegó a Malta después de que varios países europeos se ofreciesen a aceptar a los migrantes que llevaba a bordo.
La segunda opción, propuesta por Francia y España, es crear en suelo europeo centros de migrantes cerrados a los que se trasladaría a los rescatados. En este caso se aplicaría la complicada normativa de asilo de la UE, algo que no ocurriría en el norte de África.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, defendió la idea de establecer centros de migrantes fuera de la UE y señaló que los líderes del bloque deberían buscar un acuerdo sobre la protección de las fronteras exteriores.
"Propongo que nos centremos en las fronteras exteriores de la UE, incluyendo el proyecto de plataformas de desembarco", declaró Tusk poco antes del inicio del encuentro.
Esta opción es apoyada, entre otros, por la canciller alemana, Angela Merkel, quien a su llegada a la capital belga exigió frenar la llamada "migración secundaria", es decir, cuando los inmigrantes solicitan asilo en un país diferente al que llegaron, y destacó como objetivo principal de la política migratoria la protección de las fronteras exteriores de la UE.
Para ello primero hay que mantener conversaciones directamente con los países norafricanos y tener en cuenta sus necesidades, aseguró la mandataria alemana.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, informó que en los últimos días habían trabajado conjuntamente con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en posibles modelos aunque no dio más detalles al respecto.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude-Juncker, instó a los estados miembros a actuar con contención a la hora de decidir sobre el establecimiento de centros de refugiados en el norte de África porque esto conduciría a un "neocolonialismo".
Antes de que empezara la reunión, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, exigió a sus socios comunitarios "hechos concretos" más que promesas de apoyo en el manejo del flujo migratorio. Además advirtió que si otros líderes de la UE rechazan las propuestas de Italia en materia de migración, no apoyará la declaración conjunta de la cumbre.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, fue más allá que sus socios comunitarios en su tajante rechazo a acoger refugiados. Es el momento de que los líderes de la UE reconstruyan la democracia europea y hagan "lo que la gente realmente quiere", dijo a su llegada a Bruselas. "Los ciudadanos exigen dos cosas: frenar el flujo migratorio y devolver a aquellos que ya están aquí", declaró.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron dejó claro antes de la reunión que quería luchar por alcanzar soluciones europeas a la política migratoria. Por ello su objetivo es trabajar conjuntamente en el marco de los acuerdos vigentes para modernizarlos, guiado por los principios de responsabilidad y solidaridad.
La disputa migratoria se reactivó en las últimas semanas, después de que Italia comenzase a negar la entrada a sus puertos a barcos de ONG que rescatan a migrantes en el Mediterráneo. Lo hizo primero con el "Aquarius", que finalmente fue recibido en España, y después con el "Lifeline", que el miércoles llegó a Malta después de que varios países europeos se ofreciesen a aceptar a los migrantes que llevaba a bordo.