Los nostálgicos de Franco conmemoran su muerte en Madrid con el saludo fascista

AFP (Agencia France-Presse)

MADRID. - Con el brazo alto y a los gritos de "Franco" y "Arriba España", cientos de nostálgicos del dictador español Francisco Franco celebraron el domingo el 38º aniversario de su muerte en una concentración en el centro de Madrid.

"El poder de Franco, todo lo puede. Lotería nacional", proclama, sin sonreír, un joven con un boleto de la celebre lotería de Navidad española imprimido con la imagen de Francisco Franco, a poca distancia de un tenderete con numerosos souvenirs.

Tazas, cantimploras, botellas de vino, llaveros: los recuerdos del dictador se mezclan con los de José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido nacionalista de la Falange Española.

Los dos murieron un 20 de noviembre -en 1975 en el caso del caudillo, en 1936 en el de Primo de Rivera, fusilado por los republicanos durante la Guerra Civil-, y centraban las conmemoraciones del domingo en pleno centro histórico y turístico de Madrid.

Organizada desde hace años en torno a esta fecha, la concentración atrae hoy en día poco gente. Pero el hecho de que se mantenga esta manifestación anual, acompañada por un rezo y los himnos falangistas y franquistas cantados a coro y haciendo el saludo fascista, pone de manifiesto el debate no resuelto en torno a la memoria de los crímenes de la dictadura.

España, en virtud de la ley de amnistía votada en 1977, se niega a investigarlos, a pesar de las insistentes solicitudes por parte de Naciones Unidas.

"Nosotros no hacemos apología del fascismo, hacemos un homenaje a las figuras de Franco y José Antonio. No hay ninguna ley que prohíba vender eso", explica Alberto Aceves, mostrando los numerosos objetos que propone en su tenderete y en su tienda madrileña, Bazar Patria. ¿Sus clientes? "Gente patriota", responde.

A la tribuna se suceden los responsables de pequeños partidos y organizaciones de extrema derecha que fustigan a los responsables políticos, de derecha como de izquierda.

Entre los espectadores, una mayoría de personas mayores, aunque también familias y jóvenes. Una niña, cubierta por una manta atada por unos lazos con los colores de la bandera española, sonreía en primera fila.

Ruben, de 22 años, vestido con una camisa azul oscura con el yugo y las flechas, emblemas de la Falange Española, participaba en la concentración con su novia para "recordar a aquellas personas que entregaron sus vidas en defensa de sus ideales".

"Estoy aquí por Primo de Rivera, que fue político, un pensador y un idealista, no por Franco, que dio el golpe de estado, fue militar", afirma Ruben, que explica no poder dar su apellido porque tiene un empleo público.

Con una gran bandera roja y oro, con el águila negra utilizada durante el franquismo (1939-1975) en mano, Lourdes de Miguel, de 55 años, dice venir cada año.

"Antes había trabajo para todo el mundo, había comida para todo el mundo, y la democracia a nosotros no nos ha traído más que la ruina", dice con tono pausado.

La profunda crisis económica que sufre España desde hace cinco años aparece tanto en los discursos de los oradores como en las declaraciones de los espectadores.

"Después de los 38 años de democracia, nos encontramos en una situación de crisis pavorosa", lanza a la AFP José Luis Corral, quien dirige la pequeña organización de extrema derecha Movimiento Católico Español.

Pero las dificultades económicas y un desempleo récord de casi el 26% no hicieron aumentar el número de militantes concentrados cada año para las celebraciones del 20 de noviembre.

"Los primeros años, aquí se juntaba un millón de personas, después de la muerte de Franco. Y poco a poco ha ido disminuyendo el número. Pero sigue siendo un acto representativo", dice Corral.



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