Los "otros nacionalismos" de España y el impacto del desafío catalán

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Madrid. - El proceso independentista en Cataluña preocupa en Madrid no solo por lo ocurrido en la región nororiental, sino tambien por su posible impacto en otras comunidades como País Vasco o Galicia, donde existen reclamos nacionalistas históricos. Un panorama de la situación

PAÍS VASCO
La comunidad autónoma situada en el norte de España presentaba hasta hace pocos años el nacionalismo más inestable y era percibida como la principal amenaza a la integridad territorial del país, muy por delante de Cataluña. Dos hitos recondujeron esa crisis y normalizaron la situación.
El primero, de índole policial, fue la derrota de ETA. El grupo anunció en 2011 el fin unilateral de la lucha armada por la independencia del País Vasco y acabó así con medio siglo de terror que dejó más de 800 muertos. Su nombre desprestigió la causa separatista y dejó un legado de dolor y división.
El segundo hito, político, llegó con el llamado "Plan Ibarretxe", una propuesta nacionalista para reformar el estatuto de Autonomía de País Vasco impulsada por el entonces jefe del Gobierno regional Juan José Ibarretxe. En 2003 fue llevado al Congreso español y rechazado por amplia mayoría, cerrando así la apuesta política por mayor autonomía.
El desafío separatista catalán fue seguido con cierta distancia en el País Vasco. El Gobierno regional de Íñigo Urkullu y su Partido Nacionalista Vasco (PNV), que reclaman a Madrid que reconozca la "plurinacionalidad" de España, apostaron por una solución dialogada para Cataluña y trataron de mediar en el momento más crítico de la crisis abierta, a finales de octubre. Urkullu criticó la intervención de la autonomía catalana por parte del Ejecutivo español.
El pulso de Cataluña sí contó con el apoyo de EH Bildu, partido de la izquierda independentista vasca heredero de Batasuna, considerado brazo político de ETA.
GALICIA
El nacionalismo gallego apunta al reconocimiento de la región noroccidental como nación y a una mayor autonomía más que a la independencia en sí, aunque ambos elementos aparecen integrados en el principal partido de esta corriente, el izquierdista Bloque Nacionalista Gallego (BNG).
El partido, que tiene solo seis de 75 diputados en el Parlamento regional, reconoció la "legitimidad democrática" de la resolución que el Parlamento catalán aprobó en octubre para crear una república independiente y consideró "un profundo error" con "gravísimas consecuencias" la decisión de Madrid de "intervenir el Gobierno catalán". Sin embargo, Galicia está gobernada con mayoría absoluta por el conservador Alberto Núñez Feijóo, miembro del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy y, por lo tanto, detractor del proceso independentista en Cataluña.
A partir de finales de los años 70, surgieron grupúsculos armados vinculados al independentismo gallego, como Loita Armada Revolucionaria, el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC) o Resistência Galega, ya a finales de los 90.
VALENCIA Y BALEARES
La comunidad valenciana, situada al sur de Cataluña en el este de España, y las islas Baleares son dos de los territorios emparentados por lengua y cultura con Cataluña y considerados parte de unos futuros "Países Catalanes" por una corriente nacionalista conocida como "pancatalanismo".
La idea, sin embargo, cuenta con un apoyo reducido en ambas comunidades autónomas, que tienen sus propias tendencias regionalistas. El partido nacionalista valenciano Compromís (socio de los socialistas en el Gobierno valenciano) y la coalición mallorquí MÉS per Mallorca (nueve de 59 diputados en el Parlamento de Baleares) firmaron la semana pasada la llamada "Declaración de Menorca".
El documento reclama "más democracia en general para los asuntos políticos y sociales y más democracias, en plural, para el derecho a decidir sobre el futuro de los pueblos que así lo deseen". Fue firmado también por EH Bildu, BNG y Esquerra Republicana de Catalunya, fuerza independentista que integraba el Gobierno catalán.


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