Según dicho informe, "guardias armados pagados por el ministerio israelí del Interior actúan como una milicia privada de los colonos judíos que recurre cada vez más a la fuerza y a la violencia contra los palestinos".
La ONG afirma que "los palestinos que presentan demandas contra colonos judíos se encuentran en posición de sospechosos y son detenidos, y las causas sobre actos de violencia perpetrados por judíos se cierran por falta de pruebas".
El informe da cuenta asimismo de interrogatorios de menores palestinos, "a veces de menos de doce años", por parte de la policía, y de la presencia de cámaras de vigilancia dirigidas hacia el interior de las viviendas en los barrios árabes de Jerusalén Este.
En un comunicado, la alcaldía de Jerusalén respondió al informe, afirmando que sus conclusiones son "falaces, erroneas y tendenciosas".
Jerusalén tiene cerca de 765.000 habitantes, de ellos unos 495.000 judíos (65%) y 270.000 árabes (35%), la mayoría de ellos palestinos de Jerusalén Este.
Unos 200.000 judíos viven en la parte oriental de la ciudad, cuya anexión por Israel en 1967 no es reconocida por la comunidad internacional.