Los restos de Sihanuk fueron repatriados a Camboya

AFP (Agencia France-Presse)

PHNOM PHEN. - El cadáver del ex rey de Camboya, Norodom Sihanuk, fallecido en Pekín, llegó este miércoles a Phnom Penh, donde lo esperaba una enorme multitud que deseaba rendir homenaje al hombre que encarnó la historia del país durante las siete últimas décadas.

Norodom Sihanuk, en el centro
Norodom Sihanuk, en el centro
El avión que transportaba el féretro del ex soberano despegó de Pekín al promediar la mañana y aterrizó en la capital camboyana poco antes de las 15H00 (08H00 GMT), en un aeropuerto invadido por los admiradores del soberano, algunos de los cuales habían subido a los techos de los automóviles para ver la pista.
Camboya comenzó una semana de duelo nacional.
El funeral, que seguramente será grandioso y en la tradición del reino jemer, tendrá lugar dentro de tres meses. Mientras tanto, el cuerpo del difunto será expuesto a la multitud y podría ser embalsamado, según el edecán de Sihanuk, el príncipe Sisowath Thomico.
Sinahuk acompañó las vicisitudes de su país desde la independencia hasta la guerra civil, pasando por la "época de oro" de los años '50 y '60 y el terror de los Jemeres Rojos.
Los camboyanos parecen querer recordar únicamente lo mejor de un hombre que sin embargo fue muy duro con sus adversarios y no retrocedió ante ningún cálculo político, como cuando se alió con el régimen de Pol Pot (1975-1979), responsable de la muerte de dos millones de personas.
Retratos gigantescos de un Sihanuk sonriente fueron colocados en las calles de la capital, que se llenaron de gente vestida de blanco -el color del duelo entre los budistas- a medida que avanzaba el día, agitando banderas de Camboya.
"Hay más de 100.000 personas en las calles, mas gente está llegando", declaró a la AFP el portavoz del gobierno, Khieu Kanharith, poco antes del aterrizaje.
"Espero ver el cadáver real, quiero ver su rostro por última vez", declaró Mean Pichavisa, de 6 años, sentado ante el palacio mientras cortaba cintas negras para sus amigos. "Me acordaré de él hasta mi muerte", afirmó el joven, que se rapó la cabeza en señal de duelo.
Desde hacía varios años, Sihanuk, una de las figuras históricas del siglo XX, que tenía estrechas relaciones con Mao y Chu Enlai, vivía la mayor parte del tiempo en Pekín, donde recibía atención médica contra el cáncer, la diabetes y la hipertensión. En octubre de 2004 abdicó en favor de su hijo Sihamoni.
Las autoridades chinas reiteraron en varias oportunidades la importancia que para ellas tenía este "gran amigo" que falleció el lunes pasado, pocos días antes de cumplir 90 años. En la Plaza Tiananmen, las banderas chinas fueron colocadas a media asta, así como a la entrada de Zhongnanhai, la sede del poder político que se encuentra junto a la Ciudad Prohibida.
La televisión estatal CCTV modificó sus programas habituales para difundir en directo -un acontecimiento poco común- imágenes de la caravana fúnebre en las calles de Pekín, donde durante varias décadas había encontrado un refugio político y médico.
El cortejo fúnebre estaba integrado por unos 30 vehículos. El ataúd, cubierto por un paño violeta, se encontraba en un minibús adornado con flores y cintas amarillas -el color del budismo- cuyas ventanas no estaban cubiertas.
Los restos de Sihanuk, que fue colocado en el trono por la potencia colonial francesa a partir de 1941, cuando tenía 18 años, estaban acompañados por su viuda Monique, su hijo Sihamoni y el primer mnistro camboyano Hun Sen.
El consejero de Estado Dai Bingguo, que es el responsable chino de mayor jerarquía encargado de la diplomacia, también debía acompañar al féretro de Sihanuk hasta Phnom Penh, según la prensa oficial china.


Nuevo comentario: