AFP (Agencia France-Presse)
Suruc, Turquía. - El grupo Estado Islámico (EI) reforzaba el sábado su control sobre buena parte de la ciudad siria de Ain al Arab (Kobane en kurdo), defendida desesperadamente por las fuerzas kurdas, y donde la ONU teme "una masacre" si cae en manos de los yihadistas.
Los milicianos kurdos son menos numerosos y no están tan bien armados como los yihadistas.
Los aviones de la coalición dirigida por Estados Unidos llevaron a cabo dos nuevos ataques antes de la madrugada del sábado contra las posiciones yihadistas en el este y el sur de esta ciudad kurda siria, situada junto a la frontera con Turquía.
El 40% de la localidad, llamada Ain al Arab en lengua árabe, está en manos del EI, según la ONG siria Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (ODSH).
La campaña aérea contra el EI ha entrado en su tercer mes en Irak y en su tercera semana en Siria, pero no ha logrado afectar la capacidad de este grupo. Los jefes militares de 21 países de la coalición se reunirán el martes en Washington para evaluar su estrategia.
En Kobane, convertida en el símbolo de la resistencia al EI, los combates continuaban este sábado en forma intermitente un día después de que los yihadistas se apoderaran del cuartel general de las fuerzas kurdas en el norte de la ciudad, según el ODSH, dotado de una amplia red de informantes en Siria.
Los yihadistas trataban de avanzar hacia los suburbios del norte de la ciudad, a aproximadamente un kilómetro de la frontera turca, con el objetivo de apoderarse del puesto fronterizo y controlar así una larga franja ininterrumpida de territorio en la frontera siroturca.
"Los yihadistas intentan a cualquier precio entrar en el puesto fronterizo con Turquía rodeando el lado norte", precisó a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
"Los yihadistas están llevando municiones a Kobane en motos", porque ya no se desplazan en convoy debido a los bombardeos de la coalición internacional, explicó.
- Kurdos en inferioridad de condiciones -
Según Mustafá Ebdi, un miliciano kurdo que hace viajes entre Turquía y Kobane, las fuerzas kurdas, cada vez más desesperadas, se están quedando sin municiones y piden más ataques.
Desde el comienzo de la ofensiva yihadista el pasado 16 de septiembre, murieron aproximadamente 500 combatientes, según el OSDH, y unas 70 aldeas cercanas cayeron en manos del EI. Por otra parte, unos 300.000 habitantes huyeron, de los que más de 200.000 se refugiaron en Turquía.
Integrado por decenas de miles de miembros, el EI ha aprovechado la guerra civil en curso en Siria desde hace más de tres años para apoderarse de numerosos territorios en el norte y el este del país. También controla grandes zonas en el vecino Irak.
El grupo, conocido por su brutalidad, comete violaciones, ejecuciones, decapitaciones, raptos y persecuciones en las zonas bajo su control, en las que a fines de junio proclamó un califato.
El emisario especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura, dijo que teme "una masacre" en Kobane si cae en manos del EI.
Cerca de 700 civiles se encuentran todavía en el centro de esa ciudad. Se trata fundamentalmente de personas de avanzada edad, y según él entre 10.000 y 13.000 habitantes se congregaron a poca distancia de la frontera. Si la ciudad cae, esos civiles "muy probablemente serán masacrados", sostuvo.
Por otra parte, De Mistura pidió a Turquía que autorice a quienes se habían refugiado en su territorio a regresar a Kobane para defenderla.
El jefe del principal partido político kurdo de Siria, Saleh Muslim, instó además a las autoridades turcas a permitirle pasar armas.
Sin embargo, el gobierno turco considera que enviar a civiles de regreso a la guerra sería "un crimen".