Maribel Verdú: "La verdad está sobrevalorada"
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Madrid. - Santiago Segura tiene un punto visionario. Antes de los tiempos del #MeToo ideó una comedia de empoderamiento de la mujer: "Sin rodeos", el primer largometraje que rueda después de la exitosa saga "Torrente" y que llega a los cines el próximo viernes 2 de marzo.
Y no siente vertigo sino "emoción, ilusión y curiosidad por ver si la gente puede entender que puedes hacer cosas distintas", explica Segura en entrevista junto a su protagonista, una Maribel Verdú que parece no perder el buen ojo a la hora de escoger papeles.
El director español se ha adelantado a los tiempos con una comedia sobre una mujer que, a punto de cumplir los 40, tiene una pareja egoísta, una amiga que no la escucha y un jefe en la empresa de publicidad en la que trabaja, que piensa que una "influencer" con muchos "followers" (a la que encarna Cristina Pedroche, un nuevo icono de las redes sociales en España) es más importante que una campaña publicitaria.
"Este tío ha sido una sorpresa y la gente va a flipar con que pueda hacer 'Torrente' y pueda hacer esta película", asegura Verdú, que no esconde que está algo atemorizada, pues siente una gran responsabilidad después del éxito de "Torrente".
"Hacer una comedia tan gamberra y tan punki como 'Torrente' no está reñido con una comedia empoderada como esta", apunta Segura. "Además, imagínate el cambio, del protagonista de las cinco películas que era un desastre de hombre a Maribel Verdú, he mejorado mucho", agrega entre risas.
Pero lo que no ha cambiado mucho ha sido la España que retrata. "Básicamente es una sociedad que no me gusta, lo que pasa es que Torrente es parte de eso, es parte del problema. Torrente era un personaje para reírte, no era un personaje con el que empatizar. En mi mente no entendía que nadie se pudiera identificar con ese engendro de ser humano. Y aquí es totalmente al revés. Lo quiero es que el público sea Paz (el nombre de la protagonista encarnada por Verdú). Toda la gente que va a ver la película en algún momento de su vida ha sentido una situación de opresión o de injusticia y se ha querido liberar de eso o rebelarse contra eso".
Y eso es lo que hace Verdú, rebelarse contra todo lo que está oprimiendo y retomar las riendas de su vida sin dejarse llevar por la presión de la imagen. Una presión que la actriz siente que se vive también en el cine.
"El cine es más injusto con la mujer que con el hombre" y en eso siempre ha sido un reflejo de la sociedad, señala Segura. Y Verdú apunta: "No aguantas 33 años haciendo cine siendo solo imagen, tienes que tener un talento y tienes que ser un actor o una actriz".
El director, al intentar hacer una película para un público más amplio se adelantó a los tiempos del #MeToo, un movimiento que le parece "maravilloso" e "hipernecesario, hipernecesario, porque ante el acoso tolerancia cero".
"Lo único que me asusta un poquito es, y aquí me meto en un jardín, es lo de Woody Allen (en referencia a la polémica desatada por las declaraciones de la hija del actor al que acusa de abusos). Woody Allen ha sido juzgado hace 25 años por eso, y estoy seguro que mucha gente piensa que Mia Farrow (ex esposa de Allen) es una loca y que ha manipulado a su hija y otros piensan que Allen es un guarro y un sátiro pero al final, ¿qué sabemos?. Estamos juzgando una cosa de lo que no tenemos datos. Puedes juzgar sus películas pero de lo otro ya se habrán encargado psicólogos, jueces allí en Estados Unidos. Nos pasamos un poco en el linchamiento", explica el director.
Con todo, considera valioso este movimiento porque suponen pasos en la dirección correcta. Y Verdú valora que ello haya contribuido a que la mujer deje de sentir miedo. "Va a haber un antes y un después del 2018. Yo no he tenido un acoso de nadie porque lo hubiera denunciado en el momento. Me da igual mi carrera y todo".
"Esto va a valer esto es para delimitar las cosas, que la gente sea más juiciosa" y que reflexione antes de incomodar a alguien, apostilla el director.
"Creo que estamos más protegidas ahora porque se nos escucha y porque podemos denunciar", insiste Verdú, que en esta ocasión comparte cartel con estrellas de la pequeña pantalla como Toni Acosta (o Cristina Castaño o Diego Martín).
Todos ellos tienen que enfrentar las verdades que finalmente salen de la boca de la protagonista. Pero en la vida real, tanto Segura como Verdú coinciden en afirmar que no siempre es necesario decir toda la verdad.
"Nos gusta hablar sin rodeos, pero con la edad hemos aprendido que no siempre es positivo. La gente no siempre quiere la verdad", señala Segura. "La verdad está sobrevalorada", apunta Verdú. "Hay que medir, por eso los rodeos están bien", apostilla Segura, que firma una entretenida comedia que cuenta con su ya inconfundible sello: los inesperados cameos. Así se puede ver al presentador y actor Gran Wyoming haciendo de psicólogo o al también presentador y cómico Florentino Fernández haciendo de operario.
Y hay sorpresa final en los títulos de crédito, de la que sólo se puede adelantar que se podrá ver a todos los intérpretes de la cinta cantando al ritmo de Alaska.
El director español se ha adelantado a los tiempos con una comedia sobre una mujer que, a punto de cumplir los 40, tiene una pareja egoísta, una amiga que no la escucha y un jefe en la empresa de publicidad en la que trabaja, que piensa que una "influencer" con muchos "followers" (a la que encarna Cristina Pedroche, un nuevo icono de las redes sociales en España) es más importante que una campaña publicitaria.
"Este tío ha sido una sorpresa y la gente va a flipar con que pueda hacer 'Torrente' y pueda hacer esta película", asegura Verdú, que no esconde que está algo atemorizada, pues siente una gran responsabilidad después del éxito de "Torrente".
"Hacer una comedia tan gamberra y tan punki como 'Torrente' no está reñido con una comedia empoderada como esta", apunta Segura. "Además, imagínate el cambio, del protagonista de las cinco películas que era un desastre de hombre a Maribel Verdú, he mejorado mucho", agrega entre risas.
Pero lo que no ha cambiado mucho ha sido la España que retrata. "Básicamente es una sociedad que no me gusta, lo que pasa es que Torrente es parte de eso, es parte del problema. Torrente era un personaje para reírte, no era un personaje con el que empatizar. En mi mente no entendía que nadie se pudiera identificar con ese engendro de ser humano. Y aquí es totalmente al revés. Lo quiero es que el público sea Paz (el nombre de la protagonista encarnada por Verdú). Toda la gente que va a ver la película en algún momento de su vida ha sentido una situación de opresión o de injusticia y se ha querido liberar de eso o rebelarse contra eso".
Y eso es lo que hace Verdú, rebelarse contra todo lo que está oprimiendo y retomar las riendas de su vida sin dejarse llevar por la presión de la imagen. Una presión que la actriz siente que se vive también en el cine.
"El cine es más injusto con la mujer que con el hombre" y en eso siempre ha sido un reflejo de la sociedad, señala Segura. Y Verdú apunta: "No aguantas 33 años haciendo cine siendo solo imagen, tienes que tener un talento y tienes que ser un actor o una actriz".
El director, al intentar hacer una película para un público más amplio se adelantó a los tiempos del #MeToo, un movimiento que le parece "maravilloso" e "hipernecesario, hipernecesario, porque ante el acoso tolerancia cero".
"Lo único que me asusta un poquito es, y aquí me meto en un jardín, es lo de Woody Allen (en referencia a la polémica desatada por las declaraciones de la hija del actor al que acusa de abusos). Woody Allen ha sido juzgado hace 25 años por eso, y estoy seguro que mucha gente piensa que Mia Farrow (ex esposa de Allen) es una loca y que ha manipulado a su hija y otros piensan que Allen es un guarro y un sátiro pero al final, ¿qué sabemos?. Estamos juzgando una cosa de lo que no tenemos datos. Puedes juzgar sus películas pero de lo otro ya se habrán encargado psicólogos, jueces allí en Estados Unidos. Nos pasamos un poco en el linchamiento", explica el director.
Con todo, considera valioso este movimiento porque suponen pasos en la dirección correcta. Y Verdú valora que ello haya contribuido a que la mujer deje de sentir miedo. "Va a haber un antes y un después del 2018. Yo no he tenido un acoso de nadie porque lo hubiera denunciado en el momento. Me da igual mi carrera y todo".
"Esto va a valer esto es para delimitar las cosas, que la gente sea más juiciosa" y que reflexione antes de incomodar a alguien, apostilla el director.
"Creo que estamos más protegidas ahora porque se nos escucha y porque podemos denunciar", insiste Verdú, que en esta ocasión comparte cartel con estrellas de la pequeña pantalla como Toni Acosta (o Cristina Castaño o Diego Martín).
Todos ellos tienen que enfrentar las verdades que finalmente salen de la boca de la protagonista. Pero en la vida real, tanto Segura como Verdú coinciden en afirmar que no siempre es necesario decir toda la verdad.
"Nos gusta hablar sin rodeos, pero con la edad hemos aprendido que no siempre es positivo. La gente no siempre quiere la verdad", señala Segura. "La verdad está sobrevalorada", apunta Verdú. "Hay que medir, por eso los rodeos están bien", apostilla Segura, que firma una entretenida comedia que cuenta con su ya inconfundible sello: los inesperados cameos. Así se puede ver al presentador y actor Gran Wyoming haciendo de psicólogo o al también presentador y cómico Florentino Fernández haciendo de operario.
Y hay sorpresa final en los títulos de crédito, de la que sólo se puede adelantar que se podrá ver a todos los intérpretes de la cinta cantando al ritmo de Alaska.