Marine elude prisión y es degradado a soldado por masacre de Haditha en Irak
AFP (Agencia France-Presse)
CAMP PENDLETON. - El sargento estadounidense acusado por el asesinato de 24 civiles iraquíes en 2005 fue sentenciado este martes a la degradación de su rango a soldado, pero no irá a prisión porque ya cumplió la pena durante el proceso, dijeron fuentes militares.
"Wuterich es sentenciado a 90 días de confinamiento y a la reducción (de su rango) a soldado", indicó un comunicado militar.
No obstante, "la autoridad convocada estuvo de acuerdo en que no se cumplirá el tiempo (de confinamiento)" porque Wuterich ya lo pagó durante el proceso, explicó a AFP Chad McMeen, portavoz de la base militar de Camp Pendleton (sur de Los Ángeles), donde tiene lugar la corte marcial.
El lunes, Wuterich se había declarado culpable de negligencia en el cumplimiento de su deber, pero gracias a un acuerdo con la fiscalía fueron desestimadas las demás inculpaciones -entre ellas nueve cargos de homicidio- que pesaban sobre él.
El oficial de 31 años es responsabilizado por el que es considerado el peor crimen de guerra cometido en Irak por Estados Unidos y en el que murieron 24 personas, entre ellas diez mujeres y cinco niños asesinados a quemarropa.
Los hechos se remontan al 19 de noviembre de 2005, cuando un militar estadounidense murió a causa de una bomba artesanal colocada al borde de una carretera en la localidad de Haditha, 260 km al oeste de Bagdad.
Luego de este bombardeo, Wuterich, que no tenía experiencia previa de combate, envió a sus hombres a la caza de insurgentes.
Según los abogados de los marines, insurgentes ocultos en las casas comenzaron entonces a disparar y se desató un combate. Sin embargo, según la acusación, no había tales insurgentes y los militares emprendieron una matanza que duró tres horas para vengar la muerte de su camarada.
Antes de que se escuchara la sentencia en la corte el martes, Wuterich manifestó su pena e insistió en que él no es "un sangriento asesino de bebés".
Dirigiéndose a tres sobrevivientes de la masacre, dijo: "No tengo palabras para expresar mi pena por la pérdida de sus seres queridos. Sé que nada de lo que yo pueda decir es capaz de mitigar el dolor".
"Sólo quiero asegurarles de que, ese día, nunca fue mi intención hacerles daño, ni a ustedes ni a sus familias", agregó, leyendo un texto.
"Durante seis años he debido aceptar que mi nombre siempre se asocie a la masacre, a ser el sangriento asesino de bebés, el monstruo fuera de control y el mentiroso conspirador".
"Todo lo que puedo hacer es seguir siendo lo que siempre fui: yo. Y ninguna de esas etiquetas han sido nunca, ni serán, lo que yo soy", continuó.
En su comunicado, hecho con una voz calma y resonante luego del testimonio de un testigo, Wuterich insistió en que solamente estaba cumpliendo su deber.
"La verdad es que no creo que ninguno de mi pelotón (...) actuara de forma deshonrosa u opuesta a los altos ideales en los que vivimos como marines".
"Pero incluso con la mejor de las intenciones, a veces las acciones de combate pueden causar trágicos resultados", dijo. "Nunca disparé mi arma a ninguna mujer ni ningún niño ese día".
Otros siete marines bajo el mando de Wuterich habían sido acusados en este caso y ya fueron exculpados, lo que desató furia en Irak, donde las autoridades presionaban para que los oficiales estadounidenses se sometieran a la justicia iraquí antes de que Estados Unidos retirara sus tropas en diciembre.