Mario Draghi, un italiano con perfil internacional que presidirá el BCE
AFP (Agencia France-Presse)
MILÁN, Mathieu Gorse, (AFP) - El italiano Mario Draghi, apoyado unánimemente por los países de la Eurozona para suceder al francés Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo (BCE), ha logrado que el Banco de Italia recupere el prestigio perdido por la labor de su predecesor antes de alcanzar un perfil internacional durante la crisis.
Mario Draghi -izquierda-, con Jean-Claude Trichet.
Alto funcionario de Estado, economista y banquero reconocido, este "Ciampi Boy" (en referencia a Carlo Azeglio Ciampi, influyente gobernador del Banco de Italia y después presidente de la República), fue elegido a finales de 2005 para restaurar la credibilidad del Banco de Italia, arruinada por Antonio Fazio, implicado en un escándalo bancario.
"Super Mario", como también se le conoce, dejó el banco financiero estadounidense Goldman Sachs, donde era vicepresidente desde 2002, y volvió a Roma donde su nombramiento fue saludado por el conjunto de la clase política.
Su determinación contribuyó, según los analistas, a la solidez del sector bancario italiano, que estuvo al margen de los productos financieros tóxicos y evitó el naufragio durante la crisis. Recientemente, supo convencer a varios bancos para que se recapitalizaran antes de la entrada en vigor de las nuevas normas de Basilea III.
Con la crisis, este deportista de perfil aguileño se forjó una estatura internacional como presidente respetado del Consejo de Estabilidad Financiera (CSF), institución encargada por el G20 de hacer propuestas para evitar una nueva crisis financiera.
Nacido en Roma el 3 de septiembre de 1947, casado y padre de dos hijos, Mario Draghi tiene un diploma de economía de la Universidad de Roma y un doctorado del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Profesor de economía en diferentes universidades italianas, representó a Italia en el Banco Mundial de 1984 a 1990 antes de convertirse en 1991 en director general del Tesoro italiano, puesto que ocupó durante diez años y nueve gobiernos tanto de izquierda como de derecha.
Desde ese puesto, supervisó las grandes privatizaciones realizadas de 1996 a 2001.
En Italia, sus análisis son muy respetados pero sus constantes llamamientos para evitar que la península caiga en el declive le han costado relaciones tensas con el ministro de Economía Giulio Tremonti.
Lo que no ha impedido que el gobierno italiano venga empujando su candidatura desde hace un año.
El nombre de Draghi fue sugerido el pasado año por la prensa para asumir el gobierno "técnico" cuando Silvio Berlusconi estaba en la cuerda floja por una crisis en el seno de su mayoría de centro-derecha.
Su experiencia en Goldman Sachs le ha permitido conocer desde dentro el mundo de la finanza anglosajona, donde es estimado.
Pero lo que para unos es una ventaja, porque Draghi conoce bien el mercado, para otros podría ser un obstáculo, ya que el banco estadounidense, acusado de haber maquillado las cuentas griegas, es blanco de las críticas por los excesos de Wall Street.
Con el fin de superar el obstáculo de su nacionalidad, Mario Draghi ha sabido, como buen diplomático, realizar una campaña de seducción destinada a Berlín, cuyo apoyo era decisivo para su elección, alabando el modelo alemán y multiplicando sus declaraciones sobre su compromiso con la estabilidad de los precios en la Eurozona.