Los migrantes, que viajaban a bordo de 14 lanchas neumáticas y dos pequeños barcos, fueron recogidos por buques de la marina italiana, de la operación europea antitráfico Sophia, y de varias oenegés, así como dos buques mercantes.
La actividad sigue siendo intensa en la zona, después de que el lunes se alcanzara el récord de 6.500 personas rescatadas en un solo día.
Según informaciones de los guardacostas, tres personas perdieron la vida el miércoles, si bien tan baja cifra representa una proeza para los servicios de rescate, dadas las pésimas condiciones en las que viajan los migrantes, en embarcaciones precarias y sobrecargadas.  
De hecho, a finales de mayo, cuando más de 13.000 personas fueron socorridas en una semana, varios naufragios dejaron centenares de muertos.
La práctica totalidad de migrantes llegados en esta última ola es de origen subsahariano. 
En un encuentro bilateral el miércoles, la canciller alemana Angela Merkel y el jefe del gobierno italiano, Matteo Renzi, aludieron a la necesidad de encontrar una solución a nivel europeo para repatriar a quienes no tienen derecho a una protección internacional sin por ello dejar de acoger a los refugiados.