Antes de su llegada a este estadio, rodeado de un impresionante dispositivo de seguridad y equipado de pantallas gigantes, la multitud aplaudía a cada aparición del sol entre las nubes y algunos exclamaban "¡Jesús!", "¡Gracias Señor!".
El Papa invitó a los africanos a no idolatrar el poder y el dinero y a hacerse cargo de aquellos "que son marginados".
"Sin duda esto puede parecer desconcertante: aún hoy, como hace dos mil años, acostumbrados a ver la realeza en el éxito, el poder o el dinero, nos cuesta aceptar a un rey que se convierte en el servidor de los más humildes", proclamó Benedicto XVI, quien posee, como jefe de la Iglesia Católica, miles de millones de euros.
El Papa, que llegó el viernes en la tarde a este pequeño país, tierra de vudú y de fe católica, culminará este domingo en la tarde su segundo viaje a Africa en seis años y medio de pontificado, después de haber estado en Camerún y Angola en 2009.
Durante esta visita a Benín, Benedicto XVI firmó el sábado la "exhortación apostólica", resultado del sínodo africano de 2009, una hoja de ruta para las próximas décadas para la Iglesia católica africana.