Más de 40 detenidos tras violencia en protesta contra nicaragüenses
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
San José. - La Policía de Costa Rica arrestó hoy a 44 personas en el marco de disturbios ocurridos en la capital durante una marcha contra el masivo ingreso de nicaragüenses que escapan de la crisis en su país.
Así lo informó esta noche el ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, en conferencia de prensa.
Soto añadió que durante la intervención policial los efectivos se incautaron de ocho bombas caseras (cócteles molotov) y trece objetos punzocortantes. Entre los detenidos se encuentran seis nicaragüenses.
Los hechos de violencia ocurrieron luego de que un reducido grupo de manifestantes se apostó frente al Parque de la Merced, en pleno centro de San José, gritando consignas contra los nicaragüenses, según medios locales.
El lugar es tradicionalmente un sitio de concentración de emigrados de Nicaragua. Como medida de prevención, Soto dijo que ese parque será cerrado indefinidamente.
Un contingente de la Policía intervino para evitar que otro grupo que procedía del sector este de la ciudad se uniera a la manifestación, lo que generó incidentes de violencia.
Soto dijo que se produjeron agresiones durante la marcha contra ciudadanos de la vecina nación, transeúntes y efectivos policiales. Al menos una patrulla fue atacada.
El Ministro de Comunicación, Carlos Mendoza, dijo que este hecho de xenofobia es "inédito en Costa Rica". "Adoptaremos las medidas necesarias para garantizar la seguridad de todas las personas", añadió.
Los llamados a la protesta se fueron reproduciendo a través de las redes sociales durante el transcurso de la semana, informó la prensa local.
Estos canales de comunicación también han servido para que muchos costarricenses, por el contrario, expresen solidaridad con los nicaragüenses.
Pero las expresiones xenofóbicas se acrecentaron en la última semana, debido a delitos aislados de los que se responsabiliza a nicaragüenses asentados en Costa Rica.
El Gobierno costarricense ha mantenido una dura posición de denuncia contra la represión y violaciones a los derechos humanos atribuidos al Gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Al mismo tiempo, desde hace tres meses integra una comisión interinstitucional para atender a los nicaragüenses. Según datos del Departamento de Migración, al menos 3.000 ciudadanos de ese país están ingresando cada semana a Costa Rica.
El Gobierno del presidente Carlos Alvarado instaló dos albergues, uno cerca de la frontera norte y otro en la zona sur, para alojar a refugiados de Nicaragua.
Costa Rica ha sido tradicionalmente un receptor de migrantes de diferentes nacionalidades.
El éxodo de ciudadanos de esa nacionalidad se ha convertido en un bastión para la economía local. La mayor parte de estos inmigrantes participan en el levantamiento de cosechas como café, piña, cítricos, banano, en labores de la construcción y en el servicio doméstico.
Diferendos fronterizos, incluida una invasión militar lanzada por el Gobierno de Ortega en 2010 sobre un enclave fronterizo costarricense, han llevado a un enfriamiento de las relaciones y posiciones nacionalistas en ambos lados.
La crisis en Nicaragua se inició el 18 de abril con una protesta estudiantil y se agravó tras la violenta acción de manifestantes armados, que ha dejado hasta hoy 450 muertos, 2.800 heridos y unos 400 detenidos, según ONG de derechos humanos. El Gobierno registra 198 muertes.
Soto añadió que durante la intervención policial los efectivos se incautaron de ocho bombas caseras (cócteles molotov) y trece objetos punzocortantes. Entre los detenidos se encuentran seis nicaragüenses.
Los hechos de violencia ocurrieron luego de que un reducido grupo de manifestantes se apostó frente al Parque de la Merced, en pleno centro de San José, gritando consignas contra los nicaragüenses, según medios locales.
El lugar es tradicionalmente un sitio de concentración de emigrados de Nicaragua. Como medida de prevención, Soto dijo que ese parque será cerrado indefinidamente.
Un contingente de la Policía intervino para evitar que otro grupo que procedía del sector este de la ciudad se uniera a la manifestación, lo que generó incidentes de violencia.
Soto dijo que se produjeron agresiones durante la marcha contra ciudadanos de la vecina nación, transeúntes y efectivos policiales. Al menos una patrulla fue atacada.
El Ministro de Comunicación, Carlos Mendoza, dijo que este hecho de xenofobia es "inédito en Costa Rica". "Adoptaremos las medidas necesarias para garantizar la seguridad de todas las personas", añadió.
Los llamados a la protesta se fueron reproduciendo a través de las redes sociales durante el transcurso de la semana, informó la prensa local.
Estos canales de comunicación también han servido para que muchos costarricenses, por el contrario, expresen solidaridad con los nicaragüenses.
Pero las expresiones xenofóbicas se acrecentaron en la última semana, debido a delitos aislados de los que se responsabiliza a nicaragüenses asentados en Costa Rica.
El Gobierno costarricense ha mantenido una dura posición de denuncia contra la represión y violaciones a los derechos humanos atribuidos al Gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Al mismo tiempo, desde hace tres meses integra una comisión interinstitucional para atender a los nicaragüenses. Según datos del Departamento de Migración, al menos 3.000 ciudadanos de ese país están ingresando cada semana a Costa Rica.
El Gobierno del presidente Carlos Alvarado instaló dos albergues, uno cerca de la frontera norte y otro en la zona sur, para alojar a refugiados de Nicaragua.
Costa Rica ha sido tradicionalmente un receptor de migrantes de diferentes nacionalidades.
El éxodo de ciudadanos de esa nacionalidad se ha convertido en un bastión para la economía local. La mayor parte de estos inmigrantes participan en el levantamiento de cosechas como café, piña, cítricos, banano, en labores de la construcción y en el servicio doméstico.
Diferendos fronterizos, incluida una invasión militar lanzada por el Gobierno de Ortega en 2010 sobre un enclave fronterizo costarricense, han llevado a un enfriamiento de las relaciones y posiciones nacionalistas en ambos lados.
La crisis en Nicaragua se inició el 18 de abril con una protesta estudiantil y se agravó tras la violenta acción de manifestantes armados, que ha dejado hasta hoy 450 muertos, 2.800 heridos y unos 400 detenidos, según ONG de derechos humanos. El Gobierno registra 198 muertes.