En un discurso claramente presidencial, Artur Mas dijo que Cataluña necesita "un gobierno fuerte". "Lo tendremos (...) pero junto a ese gobierno necesitamos un país movilizado con sus mejores activos", llamó.
Seguidamente, Mas convocó "desde ahora mismo a quienes dieron apoyo directo como militantes, a quienes nos han votado, pero también a todo el pueblo de Cataluña a sumar esfuerzos para construir nuestro eslogan de 'una Cataluña mejor', en plenitud, en libertad, que sea respetada, con un prestigio fuera" y cuyos habitantes "se sientan orgullosos de su país".
"Recibimos esta gran victoria y esta gran mayoría con una mezcla de sentimientos de humildad, responsabilidad y esperanza", afirmó Mas en medio de aclamaciones en el Hotel Majestic de Barcelona, sede histórica de la coalición nacionalista, y recordó que había dicho "en el mitin final que cuanto más grande fuera nuestra victoria, con mayor humildad la administraríamos".
Poco antes de la primera aparición de Mas ante sus militantes de Convergencia i Unió (nacionalistas catalanes de derecha), Montilla había reconocido que su Partido Socialista de Cataluña (PSC) ha "perdido las elecciones" regionales, tras siete años en el poder en coalición, y felicitó al próximo presidente.
"Hoy hemos perdido unas elecciones, pero no hemos sido derrotados de nuestras convicciones", afirmó el presidente regional en funciones al reconocer la sonada derrota del Partido Socialista de Cataluña (PSC), que con más del 99% de los votos escrutados conseguía 28 diputados tras perder nueve escaños.
"Fuimos derrotados en estas elecciones", dijo Montilla, antes de felicitar a CiU y desear a Artur Mas "los máximos aciertos para enfrentarse a una situación económica particularmente difícil".
Tras afirmar que el PSC debe "construir una alternativa colaborando en una respuesta a la crisis", Montilla, que ya había advertido que no sería nuevamente candidato, anunció que también abandonará su cargo de primer secretario de los socialistas catalanes en el próximo congreso de la formación.
CiU se ha convertido en la gran ganadora de estas elecciones al subir hasta los 62 diputados, a seis de la mayoría absoluta, desde los 49 que tenía hasta ahora.