AFP (Agencia France-Presse)
MORELIA. - Las legalizadas milicias mexicanas que aseguran combatir a narcotraficantes del convulso estado de Michoacán (oeste) se aunaron este sábado, por primera vez, a fuerzas federales en un operativo en Apatzingán, bastión del cártel Los Caballeros Templarios y donde un sacerdote encabezó una manifestación por la paz.
"Entraron los grupos (milicianos) de autodefensa a Apatzingán, donde se harán cargo de la seguridad" junto con la policía federal, dijo a la AFP Fernando Cano, subsecretario de gobierno de Michoacán, quien precisó que los civiles que entraron a la ciudad estaban desarmados y todos ellos ya forman parte de las Defensas Rurales del Ejército.
Por su parte, Estanislao Beltrán, vocero de las milicias, explicó a la AFP que unos 150 "compañeros estratégicos, los que conocen donde están (los narcos), están distribuidos con las patrullas y con los militares" para revisar "todas las casas de los criminales" en Apatzingán, principal bastión del cártel local Los Caballeros Templarios.
En tanto, a las afueras de la ciudad, varios cientos de autodefensas fuertemente armados mantienen barricadas para evitar que los criminales se fuguen de esta urbe de unos 120.000 habitantes e importante centro económico en que convergen comerciantes y productores agrícolas de la subregión Tierra Caliente.
En el operativo, que incluyó el sobrevuelo de varios helicópteros, se logró la captura de un "presunto responsable de diversos homicidios" a cuenta del narcotráfico, informó la Comisión Nacional de Seguridad, mientras los autodefensas aseguraron a la AFP que capturaron a Antonio Plancarte, hermano del líder templario Enrique "Kike" Plancarte, aunque esto no fue confirmada por las autoridades.
Una incursión "diferente"
Michoacán se encuentra asolado por las pugnas entre los Templarios y sus rivales, pero además vive desde inicios de 2013 el surgimiento de las milicias de autodefensa, grupos de civiles que se levantaron en armas argumentando defenderse de los narcotraficantes.
Estas milicias, que a finales de enero firmaron un acuerdo con el gobierno federal para registrar sus armas y enrolarse en fuerzas institucionales, acusan a las autoridades locales de estar coludidas con el crimen, por lo que habían tomando el control de numerosos municipios michoacanos a punta de enfrentamientos armados.
Pero la entrada de este sábado a Apatzingán "fue diferente, esta vez se coordinó con el gobierno federal. Estamos coordinados con ellos, todos en sintonía", dijo Beltrán, al precisar que hasta el momento solo se han podido registrar unos 600 individuos de los cerca de 20.000 que integran las milicias.
El religioso que se insurge "por la paz"
El vicario de la catedral de Apatzingán Gregorio López, conocido entre los lugareños como "padre Goyo", celebró en su abarrotada iglesia un rosario "por la paz" este mismo sábado, un evento en el que se repartieron camisetas blancas con la leyenda "Cristos - Consejo ciudadano responsable de impulsar el sano tejido del orden social".
El prelado, que considera "irrenunciable" la lucha contra los narcotraficantes que asfixian su comunidad con extorsiones, secuestros y asesinatos, encabezó poco después un mitin en la plaza principal al que acudieron 400 personas, entre civiles y autodefensas.
"El gobierno del estado ha estado avalando los males que estuvo haciendo el crimen organizado", dijo el prelado que utiliza chaleco blindado incluso cuando celebra misa y que ya ha organizado otras manifestaciones sin la autorización de la alta jerarquía católica.
Hipólito Mora, otro vocero autodefensa que previamente se reunió a puerta cerrada con el "padre Goyo", instó a la gente a que "confíen en el gobierno, que cooperen pasando información", y aseguró a la AFP que sus colegas continuarán trabajando con las fuerzas federales "día y noche".
Incursionar en Apatzingán, que el 11 de enero vivió una jornada de enfrentamientos armados e incendios en su alcaldía, establecimientos y vehículos, era desde hace tiempo el objetivo prioritario de las autodefensas. En octubre pasado lo intentaron, pero el ejército les obligó a entrar al pueblo desarmados y tuvieron que huir al ser recibidos a balazos.
Pese al despliegue de fuerzas federales en Michoacán desde el gobierno del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), los actos de violencia siguen produciéndose en esta zona clave para el narcotráfico por sus costas sobre el Pacífico, sus laboratorios de drogas sintéticas y cultivos de planta amapola y marihuana.
Hallazgos de fosas clandestinas, asesinatos y balaceras son el pan de cada día, por lo que la crisis del empobrecido Michoacán se ha convertido en la prioridad más apremiante para el actual presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), que recientemente anunció una inversión de 3.414 millones de dólares para impulsar el desarrollo del estado.