Ante una demanda de más de 3.300 milicianos que han solicitado incorporarse a las fuerzas rurales de Michoacán, las autoridades se apresuran a entregarles uniformes para estrenar tropas este sábado en Buenavista y Tomatlán, dos de los primeros municipios que se levantaron en armas hace más de un año para resistir las extorsiones, secuestros y asesinatos del cártel local Los Caballeros Templarios.

El gobierno federal, que toleró las milicias de autodefensas, advirtió que cualquier persona que sea sorprendida portando armas ilegales a partir de ahora será arrestada.

El surgimiento del movimiento armado, que se propagó a cerca de 30 comunidades del estado, despertó temores sobre su posible transformación en una peligrosa fuerza paramilitar.

El presidente Enrique Peña Nieto, quien desplegó en la zona miles de soldados y policías suplementarios el año pasado para parar el fuego, abogó por que las autodefensas acaten la desmovilización.

"Es un acuerdo y yo espero que se cumpla", dijo el mandatario, quien enfrenta en Michoacán uno de sus desafíos de seguridad más apremiantes.

- Movimiento dividido -

Esta desmovilización ocurre en medio de una profunda división del movimiento armado de autodefensas, con uno de sus fundadores preso y otro destituido, así como con constantes acusaciones entre los milicianos sobre presuntos vínculos con el crimen organizado.

Además, las autoridades han hallado numerosos casos de narcotraficantes infiltrando a las milicias.

Este viernes, 135 "seudoautodefensas" fueron arrestados en La Mira, una localidad cercana al puerto de Lázaro Cárdenas (Pacífico), tras protagonizar un enfrentamiento armado con militares, informó a la AFP una fuente oficial.

El jueves, el Consejo de Autodefensas destituyó como portavoz a uno de sus fundadores, José Manuel Mireles, argumentando que afectó la credibilidad del movimiento y que estuvo involucrado en el homicidio de cinco civiles, un caso por el cual las autoridades ya abrieron varias líneas de investigación.

Mireles, un médico cirujano de espeso bigote blanco y sombrero texano, no pudo ser contactado por la AFP para que comentara esta información.

Hipólito Mora, otro de los fundadores emblemáticos del movimiento, fue arrestado y acusado de participar en el asesinato de dos autodefensas, mientras que un cabecilla fue detenido por el asesinato del alcalde del pueblo de Tanhuato (Michoacán), quien supuestamente se oponía a la presencia de las milicias.

Esta semana, Mireles reconoció en una radio que su movimiento se encuentra dividido e infiltrado por criminales.

Poco más tarde, difundió por internet un video en el que pide al presidente Peña Nieto un diálogo directo, argumentando que teme por su vida.

- Bajo amenaza de arresto -

Luego que las fuerzas federales lograran abatir o capturar a tres de los cuatro jefes máximos de Los Templarios este año (sólo queda prófugo el capo Servando Gómez, "La Tuta"), las autodefensas firmaron un acuerdo con el gobierno el mes pasado en el que se comprometen a registrar sus armas, guardarlas en casa y eventualmente unirse a las fuerzas rurales.

El comisionado especial del gobierno para Michoacán, Alfredo Castillo, aseguró que según "reportes de inteligencia" las autodefensas tienen cerca de 7.000 armas (entre ellas 4.497 de uso exclusivo del ejército), de las cuales han registrado 6.442.

Por su parte, las milicias dicen contar con 20.000 miembros en sus filas, mientras el gobierno señaló que más de 3.300 de ellos han solicitado incorporarse a las fuerzas legales.

"Los que van a trabajar junto con el ejército o la policía estatal no van a llevar sus armas, sino las que dispone la ley", dijo el secretario de gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, al precisar que los milicianos podrán quedarse con sus armas propias registradas, "pero no van a andar con ellas por la calle porque serán detenidos".

Sin embargo, Castillo reconoció que este proceso de incorporación a las fuerzas regulares podría extenderse hasta la semana entrante debido a la inesperada alta demanda.

Uno de los voceros de las autodefensas, Estanislao Beltrán - un hombre de larga barba blanca apodado "Papá Pitufo"-, dijo a la AFP que este sería un "proceso gradual" que podría extenderse hasta 10 días.