AFP (Agencia France-Presse)
TEL AVIV. - Miles de israelíes se manifestaron este sábado por la noche en Tel Aviv para reclamar un servicio militar para todos, incluso para los judíos ultraortodoxos que están exentos, un tema que divide a la coalición gubernamental de Benjamin Netanyahu, constató la AFP. La policía estimó que fueron "al menos 10.000" los manifestantes mientras que los organizadores reivindicaron 30.000.
Los manifestantes laicos se reunieron delante del Museo de Arte de Tel Aviv. No se registró ningún incidente, según la policía.
El presidente de una comisión israelí, el diputado centrista Yohanan Plesner, propuso esta semana un servicio militar obligatorio para los judíos ultraortodoxos y un servicio civil para la minoría árabe, dos categorías que hasta ahora estaban exceptuadas de obligaciones militares.
El servicio militar obligatorio en Israel dura 3 años para los hombres y 2 para las mujeres.
"Tenemos el deber de formular una nueva ley sobre el servicio militar, si no unos 60.000 jóvenes judíos ortodoxos serán considerados como desertores a partir del 1 de agosto", dijo Plessner.
El diputado hacía alusión a la "ley Tal" que exceptúa del servicio militar a los judíos ultraortdoxos y a la minoría árabe y que fue juzgada inconstitucional por la Corte Suprema. Debe ser reemplazada para el 31 de julio.
Según los sondeos las recomendaciones de la comisión Plesner responden a los deseos de una aplastante mayoría de israelíes, consternados por la desigualdad ante el servicio militar.
Pero el primer ministro de derecha Benjamin Netanyahu duda, a pesar de una mayoría parlamentaria muy confortable (94 diputados sobre 120), en provocar un choque con sus aliados históricos, el partido religioso sefardí Shass (once diputados) y Judaísmo Unificado de la Tora Asquenazi (5 diputados).
Su partido, el Likud (derecha nacionalista), debatirá el domingo las propuestas de la comisión Plesner para intentar evitar una crisis política.
El viceprimer ministro Shaul Mofaz, jefe del partido "centrista" Kadima, presente en la manifestación del sábado en Tel Aviv, presionó a Netanyahu para que dé curso a las recomendaciones sobre el reclutamiento de los ultraortodoxos amenzándolo con abandonar el gobierno.