Miles de libros prohibidos en Turquía vuelven a estar autorizados

AFP (Agencia France-Presse)

ESTAMBUL. - Desde el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels, pasando por las obras del poeta turco Nazim Hikmet, miles de libros prohibidos en las últimas décadas son legales desde este sábado en Turquía gracias a una reforma que ha dejado obsoleta su prohibición.

El Marqués de Sade, autor de libros prohibidos, en Turquía y en otros países.
El Marqués de Sade, autor de libros prohibidos, en Turquía y en otros países.
A principios de julio, el Parlamento turco adoptó una ley que estipula que todas las decisiones judiciales o administrativas adoptadas antes de 2012 de "embargo, prohibición u obstáculos para la venta y la distribución de publicaciones impresas quedarán obsoletas" si no son ratificadas por algún tribunal en un periodo de seis meses.
El plazo concluyó este sábado y no hay constancia de que la justicia haya tomado alguna decisión al respecto, dijo a la AFP el presidente de la Unión de Editores de Turquía (TYB), Metin Celal Zeynioglu.
Solo el fiscal de la República, Kürsat Kayral, habló públicamente en diciembre para anunciar que no renovaría ninguna de las prohibiciones pronunciadas en su jurisdicción de Ankara, con lo que quedaban en 'libertad' los 453 libros y 645 periódicos de la lista que le había transmitido la policía.
Interrogado por la AFP, Kayral confirmó que "todas las prohibiciones ordenadas por (tribunales en) Ankara se suprimirán el 5 de enero".
Por lo tanto, quedan rehabilitados numerosos autores comunistas, desde Josef Stalin y su "Historia del Partido Comunista Bolchevique de la URSS", a Lenin y "El Estado y la Revolución", aunque también un cómic, un atlas geográfico, un ensayo sobre los kurdos o un informe sobre el estado de los derechos humanos en Turquía.
Más allá de la capital, la reforma concierne a unas 23.000 publicaciones, según Zeynioglu quien asegura que estos datos proceden del ministerio de Justicia, aunque éste no lo ha confirmado por el momento.
Este recuento es difícil de confirmar.
"La instauración de estas prohibiciones no ha sido centralizada: fueron pronunciadas por diferentes instituciones en diferentes ciudades en diferentes periodos", dice el presidente de la TYB. "De hecho, la mayoría de las obras han caído en el olvido con el tiempo y los editores han empezado a imprimir libros prohibidos", agrega.
Reforma simbólica
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Las obras completas de Nazim Hikmet, muerto en el exilio en Moscú en 1963, se encuentran desde hace años en todas las librerías.
El alcance de la reforma es muy simbólico, y algunos dudan de que se traduzca en una evolución profunda en el Estado turco.
"La mentalidad no ha cambiado y la gente (en las administraciones) sigue haciendo lo que considera justo", dice Ömer Faruk, ex presidente de la editorial Ayrinti, que pone como ejemplo la suerte reservada a uno de los libros que él ha publicado, "La filosofía en el tocador", del Marqués de Sade.
Este libro, considerado como licencioso, fue prohibido, pero el Tribunal Supremo anuló el fallo. "Pese a esa decisión, el libro sigue siendo confiscado", explica.
Este escepticismo es reforzado por el balance del gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), procedente del movimiento islamista, con respecto a la libertad de expresión.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) concedió en diciembre a Turquía el título de campeón mundial de la detención de periodistas, con 49 de ellos tras los barrotes, la mayoría kurdos.
El primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que suele tener unas salidas subidas de tono, tomó partido a finales de noviembre al arremeter contra los realizadores de una serie de televisión sobre el sultán otomano Suleimán el Magnífico (1522-1566), al considerar que el guión no respeta la Historia ni las buenas costumbres musulmanas.
"Los que juegan con los valores del pueblo deben recibir una lección", dijo Erdogan.
Pese a estas reservas, la supresión de las prohibiciones de libros debería tener al menos una consecuencia concreta, dice Zeynioglu.
"Muchos estudiantes detenidos en las manifestaciones son mantenidos en la cárcel con la excusa de que tienen libros prohibidos", recuerda. "A partir de ahora, esto no podrá seguir siendo un pretexto", zanja.


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