AFP (Agencia France-Presse)
Río de Janeiro, Brasil. - La minera brasileña Samarco, propiedad de los gigantes Vale y BHP Billiton, rechazó el jueves un informe de la ONU que denuncia la toxicidad del barro que sepultó un pueblo en Brasil y contaminó la cuenca de un importante río.
"El material analizado no presenta peligrosidad para la salud humana, teniendo en cuenta que no contiene contaminantes para el agua, incluso en condiciones de exposición a lluvias", dijo Samarco en un comunicado.
La minera brasileña es la propietaria del depósito de residuos de mineral de hierro que se rompió el 5 de noviembre y desató un tsunami de fango y desechos mineros que dejó bajo tierra el pueblo de Bento Rodrigues (sureste), con un saldo de 13 muertos y 11 desaparecidos según el último balance de los bomberos.
La ONU asegura que los desechos que han recorrido más de 650 km a través del río Doce, contaminando el agua y matando a su paso la vegetación y la fauna nativas, son tóxicos.
La masa viscosa llegó el fin de semana al océano Atlántico, donde un barco de la Marina con 130 expertos a bordo intenta cuantificar los daños ambientales.
Samarco asegura no obstante que el material proveniente del proceso de extracción del mineral de hierro, "compuesto básicamente de agua, partículas de óxido de hierro y sílica (o cuarzo)", no es tóxico.
Nuevos análisis realizados en los lugares más próximos al local de la tragedia "confirman que los desechos provenientes del dique de Fundao no presentan peligros para las personas", insistió Samarco.
La minera brasileña sostiene que fueron hallados hierro y magnesio superiores a los valores normales, pero "aún por debajo de los valores considerados peligrosos", y que este resultado era esperado porque la tierra de la región es rica en ambos elementos.
En un comunicado separado, la anglo-australiana BHP Billiton, copropietaria de Samarco, aseguró asimismo que la concentración de metales en el agua analizada por el Servicio Geológico de Brasil (SGB) tras el desastre no difiere de manera significativa de otros análisis realizados en 2010. El estudio del SGB concluyó que "no hay indicaciones de que el barro sea tóxico en relación a metales pesados".
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU sostuvo el miércoles que según nuevas pruebas, el deslave que lanzó 50 millones de toneladas de residuos de mineral de hierro "arrojó altos niveles de metales pesados tóxicos y otros productos químicos tóxicos en el río Doce".
"No es aceptable que haya demorado tres semanas para que las informaciones sobre los riesgos tóxicos de la catástrofe hayan salido a la superficie", reclamó la ONU.
La ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, calificó el deslave como el mayor desastre ambiental en la historia de Brasil.